Un yampara y una argentina unieron sus vidas por la fe
Raúl Limachi y Shamim Rohani se casaron en Chile; nos cuentan su historia de amor auspiciada por la religion bahá’í
De la Nación Yampara (Bolivia) a Argentina. El amor recorrió ese trazado hasta unir a Raúl Limachi y Shamim Rohani, quienes contrajeron matrimonio regidos por la fe bahá’í el reciente 14 de enero en la ciudad chilena de Coquimbo. CORREO DEL SUR conversó con la pareja de recién casados, que relató cómo se conocieron y cómo dos culturas se unieron mediante la fe.
Limachi, oriundo de la comunidad Puka Puka de la Nación Yampara, en Chuquisaca, contó a que desde que tiene memoria fue formado en la comunidad bahá’í. Sus padres se lo inculcaron. Lo propio ocurrió con Shamim, cuyo padre es de nacionalidad iraní, de ahí su peculiar apellido islámico.
“Pertenecemos a la comunidad bahá’í y por ende nos hemos conocido. En muchas ocasiones nos habíamos visto, en diferentes actividades que hacemos en la fe, pero nunca nos habíamos hablado”, dice Raúl.
¿Fue el destino? Probablemente. La historia de esta pareja comenzó cuando ella se mudó a Santa Cruz por estudios universitarios, cuando una de sus amigas le propuso viajar a Puka Puka, por lo que pudo conocer a la familia de Raúl, en ausencia de él, que se encontraba en Chile.
“Estábamos en el proceso de redacción de una tesis de maestría y una compañera me preguntó si yo quería ir a Puka Puka, de donde es él, y yo dije que sí, pero en ese momento él no estaba, ya vivía en Chile. Yo conocí a su familia, a su mamá, hice todas las actividades que hacen en la comunidad y ahí empezó (la relación)”, recuerda Shamim.
Tras esa experiencia, mediante Facebook le contó a Raúl que había conocido a los suyos y desde entonces se formó una amistad cada vez más cercana desde 2018.
¿QUÉ HACÍA RAÚL EN CHILE?
“Al principio salí a Chile por trabajo, después en nuestra religión hice algunos servicios, voluntariados en un barrio. Hacía actividades con los niños, jóvenes y familias ayudando en huertos familiares, más que nada con la educación rural y la vida comunitaria, ya que en mi cultura se vive la vida comunitaria; estaba aplicando eso en algunos barrios de Chile”, dice más adelante.
LA RELACIÓN
El noviazgo no fue tradicional, dice Shamim, pues estuvieron un año distanciados por la pandemia, por lo que estaban impedidos de viajar constantemente.
“En este caso fue distinto, porque empezamos como una amistad y en lo posible tratamos de mantener esa amistad en la relación y siempre recibíamos la guía de los padres porque uno de los requisitos para casarse en la fe bahá’í es tener el consentimiento de los padres, porque se están uniendo no solamente dos personas, sino dos familias”, explica ella.
De esa manera, pidieron permiso primero a los padres de Raúl y, tras su aprobación, consiguieron el visto bueno de la familia de Shamim.
“Quizás hay mucha diferencia en las formas de vida, pero lo que realmente es hermoso es el esfuerzo que uno hace de poder compartir esas experiencias, esa cultura y realmente es muy hermoso cómo el uno aprende del otro”, acota el flamante esposo.
LA BODA
El matrimonio se llevó adelante el 14 de enero. Raúl, sin olvidar sus raíces, se casó con su traje de originario yampara tarabuqueño y Shamim llevó un delicado vestido blanco. A la ceremonia asistieron los más allegados a la pareja.
LA PAREJA
Raúl Limachi (31) estudió agroecología y trabaja en huertos familiares. De hecho, tiene uno en su propia casa, donde produce sus propios alimentos. Además hace servicio en la comunidad bahá’í.
Shamim Rohani (29) es psicóloga y se desempeña en el ámbito clínico con pacientes adolescentes y adultos.
Por ahora vivirán en Chile, donde se sienten “como en casa”, pero también tienen planeado ir a Argentina y Bolivia. Piensan tener tres hijos, aunque prefieren que la vida y Dios lo decidan.
La fe bahá’í en la Nación Yampara
Es posible que pocos consideren que yamparas profesen una fe que tiene raíces iraníes e iniciada por Bahá'u'lláh. Raúl Limachi cuenta cómo fue que su familia decidió seguir ese camino.
“Mi familia conoció la fe bahá’í en los 90, desde esa vez me educaron en esa fe. Los pueblos indígenas han estado como muy sufridos en aquellos años del patronaje, y las autoridades, amautas y abuelos estaban en esa búsqueda de dónde podemos encontrar ayuda.
Caminando en eso, encontraron en La Paz un letrero que decía ‘fe bahá’í mundial” y les llamó la atención; durante dos días enseñaron la fe bahá’í a mis abuelos.
Pero lo que realmente les llegó al corazón fue una promesa que conocimos: ‘si estos pueblos indígenas recibieran una educación adecuada no hay duda de que ellos podrán iluminar al mundo entero’. De ahí que formaron un colegio y empezaron a educar a sus hijos. Soy fruto de eso”, cuenta.
Su esposa Shamim explica que la religión bahá’í promueve la unidad del mundo sin importar la nacionalidad, la raza o la religión, porque considera que todos venimos del mismo Dios y estamos hechos de lo mismo. “Ese principio de unidad es el que nos unió”, acota.
Alegría en Tarabuco
CORREO DEL SUR también conversó con el excuraca del ayllu Puka Puka (Tarabuco) y primo de Raúl, Casto Limachi, quien compartió su alegría por la reciente unión de la pareja y le deseó un feliz matrimonio.
“Mi primo ha contraído matrimonio con una joven, más allá de la vestimenta de lo que se puede apreciar, se casó con su traje típico y ella llevó la ropa típica de su país. Dos jóvenes nos están dando la enseñanza de cariño de poder encontrarnos, de poder encontrar una familia. Un ayllu. El concepto del ayllu es unirnos querernos, amarnos entre diferentes quienes vivimos en el mundo”, comentó al anunciar que los esperan en Puka Puka para hacer partícipe a su comunidad de la unión.