“Almas Olvidadas”, un recorrido por las entrañas del Cementerio
Los ‘escaleritas’ desenterraron varias historias y leyendas a través de teatralizaciones
“Bienvenidos al Cementerio General, bienvenidos a desenterrar nuestra historia”, fueron las primeras palabras de una mujer que nos recibió al ingreso, luego de aparecer de entre las tinieblas. Ella estaba vestida de monja y con una máscara blanca en la cara que impedía ver su rostro.
“Prohibido separarse y sacar fotos y grabar videos, las almitas pueden quedarse atrapadas en su celular”, recomendó antes de comenzar el recorrido nocturno denominado “Noche de almas olvidadas”, organizado por el trabajadores ‘escaleritas’ del principal Camposanto de Sucre.
La actividad comenzó a las 19:00 de este viernes y tenía por objetivo dar a conocer cada una de las historias más remotas que guarda este antiguo purgatorio desde 1892, año en el que fue inaugurado.
Durante las primeras horas se formaron filas largas que con el pasar del tiempo seguían creciendo. En algún momento incluso llegaba hasta el coliseo del Poligimnasio Max Toledo. El ingreso fue en grupos de 40 personas, con un intervalo de 15 minutos.
RECORRIDO
A las 20:30 logramos entrar para hacer el recorrido y ni bien ingresamos nos recibió la mujer, quien con su voz absorbente se presentó como la guía, sin dar mayores detalles de su espeluznante apariencia.
Con un poco de temor nos colocamos lo más cerca posible a ella para escuchar con claridad sus indicaciones y relatos.
Luego de la bienvenida y las recomendaciones, comenzó el recorrido por el lado derecho de la entrada del Camposanto, y conforme íbamos ingresando por los angostos y oscuros pasillos, los murmullos de los integrantes del grupo se fueron desvaneciendo. Unos pasos más adentro, unos gritos desgarradores estremecían la piel de más de uno.
PRIMERA PARADA
Tras avanzar unos 20 metros hicimos la primera parada. La visibilidad era poca y de repente se encendió una luz azul apuntando hacia la tumba del expresidente de Bolivia, Hernando Siles Reyes, padre del también expresidente Hernán Siles Suazo. Este personaje histórico descansa en este panteón hace más de 70 años.
“Dejémoslo descansar en paz”, dijo la guía después de una breve explicación biográfica.
Unos metros después, nos volvimos a detener. Allí, tocando un charango salió de la oscuridad un muchacho que personificaba al máximo exponente de este instrumento, Mauro Núñez Cáceres. “Fui un músico compositor que nací en Villa Serrano (…) como yo me especialicé en el tallado de piedra, estuve haciendo una escultura en este cementerio, en representación de todas la madres, pero lastimosamente me llegó la muerte y nunca pude concluir mi última obra de arte. Ahora ustedes sigan con su camino que yo terminaré esta mi obra de arte”, relató “el alma del intérprete”.
Posteriormente, en medio de gritos, lloros y lamentaciones, el recorrido siguió hacia el sector izquierdo donde se encuentran las tumbas subterráneas. Antes de bajar las gradas volvió a encenderse la luz frente al mausoleo del príncipe Francisco Argandoña y su esposa la princesa Clotilde Urioste de Argandoña, quienes vistiendo ropa del siglo XIII salieron tomados de la mano para contar su historia.
La noble pareja, que en otrora fue dueña del Castillo de la Glorieta, actualmente declarado Monumento Nacional, nunca pudieron tener hijos, por lo que adoptaron 45 niños. Ellos también se encuentran enterrados en las criptas subterráneas de este lugar.
El ángel que cuida sus restos mortales está tallado en mármol importado desde Europa.
“¿DÓNDE ESTÁ MI BEBÉ?”
A continuación, el grupo se dirigió hacia una de las tumbas subterráneas, simepre liderado por la mujer con extraña apariencia. Cuando todos terminaron de ingresar, desde lo más profundo una voz aterradora empezó a exclamar frases como “¿Dónde está mi bebé? Perdí a mi bebé”, mientras se sentía que una manos tocaban nuestros pies haciendo que la gente, despavorida y gritando de susto, busque la salida.
Después, el recorrido siguió por la tumba del reconocido periodista deportivo Jorge Revilla Aldana y el monumento de los mártires de la Masacre de Ayo Ayo, de quines también contaron sus historias.
Después pasamos al segundo patio; específicamente donde se encuentran los restos mortales de Gerardo Rosas, más conocido como el ‘Q’ewa Gerardo’ y Adela Cárdenas, ‘Adelita’.
A su mejor estilo, el ‘Q’ewa’ interpretó sus canciones como “Chofercito”. Luego apareció la figura de “Adelita”, una mujer –madre de ocho hijos– que a finales de la década de los 90 fue víctima de uno de los feminicidios más atroces de Sucre, cometido por su esposo Vidal Cruz.
ANGELITOS
Mientras caminábamos hacia las tumbas de los judíos, donde hicimos otra parada, se podía observar entre las tinieblas niñas con vestido blanco jugando a las muñecas, especialmente por el sector de los Angelitos.
El recorrido concluyó en el tercer patio, en el sector donde yacen los cuerpos de los héroes de la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay. Allí, apreció el general Manuel Marzana Oroza, símbolo de los soldados bolivianos que defendieron, muchos de ellos con su vida, el fortín Boquerón.
“Espero que hayan disfrutado del recorrido como también nosotros lo hemos hecho !ha¡ y no se olviden de sus almas que aquí ya descansamos muchos. Sigan su camino”, dijo al finalizar la monja enmascara (guía) mientras se fue perdiendo nuevamente en la oscuridad.
Los mausoleos, criptas y tumbas trasportan imaginariamente por distintos periodos que marcaron la historia de Bolivia y la de este cementerio.
La activdad se extendió hasta aproximadamente la 1:00 de la madrugada del sábado.
ESCALERITAS
Desde hace varios años los escaleritas hicieron de esta actividad característica después de la festividad de Todos los Santos, con el fin de recaudar recursos económicos para que a fin de año, cada uno tenga un canastón navideño.