Basualdo se va de Oriente por la presión de la gente
Una reunión el domingo fue suficiente para acordar una desvinculación amigable entre el técnico y la dirigencia
Finalmente el domingo se dio lo que era previsible y crecía como una bola de nieve. José “Pepe” Basualdo ya no es más técnico de Oriente Petrolero y la dirigencia, sin perder más tiempo, inició la búsqueda de su reemplazante. El empate con sabor a derrota del sábado en Yacuiba, ante Petrolero del Chaco, fue el final de su triste experiencia por el fútbol boliviano.
“La situación y la presión del hincha ya eran insostenibles. Había mucho descontento de hinchas y de personas que aportan al club, por la forma en que venía jugando el equipo”, manifestó el domingo un alto dirigente, pidiendo, por razones obvias, que se reserve su identidad.
La reunión se llevó a cabo en el departamento del técnico y todo quedó resuelto amigablemente. Se hizo un rápido balance de la campaña del equipo y se llegó a la conclusión de que podía estar mejor en la tabla.
Bajo el mando de Basualdo, Oriente Petrolero jugó diez partidos en este torneo Clausura, de los cuales ganó solo tres, empató cuatro y perdió dos, con un saldo de 23 goles a favor y 13 en contra.
Durante la reunión, el argentino defendió su trabajo con números, pero la baja forma del equipo, algunos dicen que no se sabe a qué juega, y la distancia con relación al puntero, Bolívar (7), terminaron pesando a la hora de poner punto final a un vínculo contractual que duró menos de dos meses (fue presentado el 16 de enero).
Ni siquiera la victoria en el clásico frente a Blooming (1-0) dejó conforme a los hinchas. En los partidos que Oriente jugó de local contra equipos del interior terminó dejando un sabor agridulce. Los empates ante Nacional Potosí y Universitario de Sucre fueron restando puntos y la confianza en el DT comenzó a perder fuerza.
Otro de los aspectos que pesaron a la hora de analizar su continuidad en el plantel fueron los experimentos que venía haciendo últimamente en el equipo. A Marvin Bejarano lo proyectaba como un hombre ofensivo por la izquierda cuando su función siempre fue la de marcar. El sábado dejó en el banco a Danny Bejarano, lo que no hacía Eduardo Villegas, por ejemplo. Detalles significativos como esos fueron mermando la confianza que lo venían sosteniendo al frente del equipo.