Brasil encara el reto de redimirse en la Copa

Brasil, en busca de la redención por su estrepitoso Mundial, debuta hoy (17:30 hora boliviana) en la Copa América contra una selección peruana que sueña en dar la sorpresa y repetir su buena actuación de hace cuatro años en el torneo.

Los brasileños necesitan dar un golpe de autoridad como un gesto de autoafirmación y los peruanos, sin ninguna obligación, aspiran a aprovechar las debilidades de su adversario para dar el batacazo.

Dunga comenzó con buen pie en su segunda etapa en la Canarinha y llega con un balance intachable de diez victorias en diez amistosos, aunque sabe que su crédito es muy limitado, pues la afición brasileña todavía está decepcionada por el Mundial y por el juego poco vistoso.

La gran arma de Brasil, en quien reposan todas las esperanzas del equipo, es Neymar, de quien salieron casi la mitad de los goles brasileños en el último año. Su velocidad, sus regates y su capacidad de definición serán fundamentales para medir las posibilidades del equipo en el torneo.

Ante Perú, Dunga pretende poner en práctica el nuevo estilo que intenta implantar en la selección: un juego de mucha intensidad, sin dejar respirar al adversario y una respuesta muy rápida con los centrocampistas Fernandinho, Elías y Fred.

La mayor duda del 11 titular de Brasil está en el puesto de delantero centro, Dunga podría optar por Diego Tardelli, jugador al que profesa una gran confianza, o por Roberto Firmino, que dio buenos resultados cada vez que jugó.

La selección de Perú afronta su debut consciente de la superioridad de sus rivales y con un nuevo técnico, Ricardo Gareca, que pretende frenar a Brasil a través de la actitud y la intensidad de sus jugadores.

Para ello dispondrá en el centro del campo un bloque defensivo de jugadores con mucho despliegue físico como Carlos Lobatón y Josepmir Ballón.
El delantero Paolo Guerrero se perfila como titular después de superar un leve esguince de tobillo y estará acompañado por Jefferson Farfán.

Historial

En la Copa América, Perú no batió la valla brasileña desde la edición de 1975 cuando Enrique Cassareto marcó el tercer gol peruano en la semifinal de ida (3-1) en Belo Horizonte, pero en la vuelta, en Lima, la Canarinha se impuso (2-0) para igualar el resultado global. Al no existir reglamento para empates, un sorteo clasificó a Perú a la final, jugada en Venezuela, donde el conjunto incaico ganó a Colombia (1-0) y levantó su segundo título sudamericano.