Sin alarmas
JUEGOS OLÍMPICOS Río de Janeiro mantiene la calma tras la detención de diez radicales islámicos, que planeaban atentado
La ciudad de Río de Janeiro continúa en calma y sin aparentes cambios después de la polémica generada por la detención de diez sospechosos brasileños de planear un atentado terrorista durante los Juegos Olímpicos.
Los puntos más concurridos de la ciudad, como la emblemática playa de Copacabana, la Praça Mauá o el aeropuerto internacional Tom Jobim, continuaron con la misma cantidad de turistas que cualquier otro día.
Las autoridades presentes en dichos lugares se reducían a cuerpos de policía municipal, civil y policía militar, así como agentes de la secretaría de Derechos Humanos, las mismas que patrullan las calles desde hace semanas como parte del proyecto “Seguridad Presente”.
Estos comandos, divididos entre las regiones de Río de Janeiro de Flamengo, de la Lagoa de Rodrigo Freitas, Lapa, Meier y Centro, pretenden asegurar la seguridad pública y ayudar en caso de encontrar a personas con necesidad de asistencia social.
Sólo en el centro, cerca de 500 policías patrullarán las calles del núcleo urbano de Río durante los Juegos, que serán acompañados paralelamente por militares para lidiar con la ingente llegada de turistas.
Las otras patrullas, instauradas desde hace poco menos de dos años, dispondrán de ayudas similares durante los Olímpicos y Paralímpicos.
Este proyecto, que ganará importancia durante el evento deportivo, será mantenido una vez acaben los Juegos dado los beneficios que genera en los barrios donde fue instalado, según destacaron algunos agentes.
Mientras los turistas continuaban disfrutando de la “Ciudad Maravillosa”, la Policía Federal de Brasil transfirió el jueves a una cárcel de máxima seguridad a los diez alegados simpatizantes del Estado Islámico (EI).
La Policía arrestó a los sospechosos el jueves, por orden judicial, en una operación desarrollada de forma simultánea en diez estados del país.
Según las investigaciones, los sospechosos integraban una célula aficionada y desorganizada que sólo mantuvo contactos a través de servicios de mensajería por internet.