Phelps respira y espera su día
El nadador húngaro Tamas Kenderesi confirmó ayer que su triunfo en las preliminares sobre el estadounidense Michael Phelps no fue una casualidad

El nadador húngaro Tamas Kenderesi confirmó ayer que su triunfo en las preliminares sobre el estadounidense Michael Phelps no fue una casualidad y volvió a vencer al norteamericano en las semifinales para alcanzar la final de los 200 mariposa con el mejor crono de todos los participantes.
Kenderesi, que firmó un tiempo de 1:53.96 aventajó en 16 centésimas al estadounidense Michael Phelps y en 1.22 segundos al vigente campeón del Mundo, su compatriota Laszlo Cesh, que entró en la final con la tercera mejor marca, tras ganar su semifinal con un crono de 1:55.18.
Más atrás quedó el sudafricano Chad Le Clos, el hombre que arrebató la medalla de oro a Phelps hace cuatro años en Londres, y que se clasificó para la final con un registro de 1:54.12. Un tiempo lastrado por el esfuerzo que el sudafricano tuvo que realizar apenas unos minutos antes para colgarse la plata en la final de los 200 libre.
Tiempos que, sin embargo, no cambian la condición de máximo favorito del estadounidense, que buscará colgarse hoy martes en la final de los 200 mariposa su vigésimo cuarta medalla en unos Juegos, la vigésima de oro.
Phelps, que el domingo agigantó su leyenda como mejor nadador de todos los tiempos al colgarse su vigésima tercera medalla olímpica, tras vencer en el relevo 4x100, se tomó ayer un respiro y sólo firmó el quinto mejor tiempo en las preliminares de los 200 mariposa.
Una circunstancia que permitió tener su momento de gloria al húngaro Tamas Kenderesi, que se impuso en su serie al norteamericano, aunque para ello el magiar tuvo que firmar el mejor crono (1:54.73) de la mañana.
Derrota, que tras ver el buen estado de forma que Phelps mostró en la final del relevo 4x100, no parece que pueda repetirse en las siguiente rondas.
Y es que por encima de la victoria de Kenderesi, las series preliminares dejaron claro que el húngaro Laszlo Cesh, el vigente campeón mundial, y el sudafricano Chad Le Clos, el hombre que ya arrebató el oro a Phelps hace cuatro años en Londres, no se lo van a poner fácil.