Henry Gutiérrez Quiere volver a dirigir una Copa del Mundo

Insultos y abucheos, pero también muchas alegrías, así es la vida del chuquisaqueño Henry Gutiérrez, el único árbitro boliviano de fútbol de salón con insignia FIFA.

Como en todos los deportes, la profesión de árbitro siempre es la más criticada, por deportistas y público; empero, no fueron aspectos que desanimaron a Gutiérrez a elegir esta profesión.

Es más, el réferi capitalino lleva el arbitraje en la sangre, un detalle no menor para haber iniciado su camino por el arbitraje.

“En colegio en vez de jugar yo prefería arbitrar, ayudaba a mi profesor”, comenta Gutiérrez, al recordar los inicios de su pasión por el referato.

Sin embargo, señala que su padre fue la verdadera razón que le impulsó a consolidar su pasión. “No sabía que mi papá era árbitro. Él falleció cuando yo tenía tres años, no recordaba nada de él, mi madre nunca nos contó nada”, recuerda.

Luego relata que “un día mi profesor me invitó a formar parte del colegio de árbitros de la asociación, fui y mi sorpresa fue que mi padre había sido árbitro, ese día le pregunté a mi mamá, me mostró fotos de mi padre como árbitro”.

A partir de ese día, el gusto se convirtió en una pasión y Gutiérrez se dio cuenta de lo que quería en la vida.

De manera oficial, comenzó a ejercer la profesión deportiva a partir de 1994, dirigiendo en la Asociación Departamental de Fútbol de Salón.

Pero el fruto de su esfuerzo y dedicación se vio 20 años después (2004), cuando consiguió su insignia FIFA para ser árbitro internacional.

“He tenido campeonatos internacionales y lo más importante para mi carrera es que estuve el año pasado en la Copa del Mundo de fútbol de salón en Colombia”, comenta, al señalar que desde su habilitación a nivel internacional dirigió los Juegos Odesur, Juegos Deportivos Bolivarianos, Sudamericanos Sub 20, Copa Libertadores, Eliminatorias al Mundial de Colombia y ese mismo Mundial.

De todos ellos, fue la Copa del Mundo de Colombia, en 2016, la que más réditos deportivos le dejó: “Me convocaron como árbitro de reserva, pero gracias al esfuerzo, al sacrificio y a la disciplina que puse, pude volcar esta situación y tuve la oportunidad de dirigir varios partidos”.

Aun así, la aspiración de Gutiérrez va más allá de eso. “Mi meta es llegar a un Mundial como árbitro titular, aspirara a arbitrar una final y demostrar que en Bolivia tenemos capacidad”, sostiene.

Pero no todas son experiencias gratas para el árbitro chuquisaqueño, ya que sus decisiones en el campo de juego no siempre son aceptadas de buena manera por jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y espectadores.

Entre las experiencias más ingratas que tiene, están los Juegos Deportivos Bolivarianos Sucre 2009. “Jugaban la final Bolivia con Colombia y a último momento me pusieron para arbitrar ese partido; estaba mi madre, mi esposa y mis hijos, yo cobré un penal en contra de Bolivia y la gente me abucheó e insultó”, recuerda.

Al margen de esta experiencia y de la constante reacción del público en los partidos, Gutiérrez toma con mucha seriedad su trabajo y continúa con su diaria preparación.

“Antes de ser árbitro FIFA mi vida era normal, pero para representar al país de manera responsable, entreno todos los días en el estadio Patria, tengo mi preparador físico”, cuenta, al señalar que “cambié mi alimentación y mi modo de vida”.

Gutiérrez balancea su vida en las canchas con su otra vocación, la Policía, de la que es parte desde 2014. “Antes de ser Policía ya era árbitro y por suerte siempre tuve buenos superiores que me dejaron salir a representar al fútbol de salón, a Bolivia y a la Policía Nacional”, indica.

Henry Gutiérrez

ÁRBITRO

"Por suerte siempre tuve buenos superiores que me dejaron salir a representar al fútbol de salón, a Bolivia y a la Policía Nacional”.