Con lo justo
El Barcelona sufrió para clasificarse a la final de la Copa del Rey por cuarta vez consecutiva, después del empate con el que se cerró la vuelta ante el Atlético de Madrid (1-1), en un partido que tuvo todo: tres...

El Barcelona sufrió para clasificarse a la final de la Copa del Rey por cuarta vez consecutiva, después del empate con el que se cerró la vuelta ante el Atlético de Madrid (1-1), en un partido que tuvo todo: tres expulsiones, un penal fallado por los colchoneros y emoción hasta el final.
Los barcelonistas no podrán contar para la final con Luis Suárez, autor del gol, ni tampoco con Sergi Roberto, expulsados. El partido fue intenso. Los azulgranas esperaron e invitaron al Atlético a atacar, jugaron a especular, con el tiempo y con los nervios de un rival que salió con todo.
A partir de la media hora, las cosas cambiaron. Al equipo madrileño le empezó a faltar el aire. El Barça tuvo más el balón y al filo del descanso, Luis Suárez anotó el primero (1-0).
Las malas noticias continuaron para los colchoneros con la lesión de Diego Godín en los primeros minutos del segundo tiempo y a los 59’, cuando anularon mal el empate de Antoine Griezmann.
El punto de inflexión se pudo producir cuando a diez minutos del final, Gil Manzano señaló penal en una acción de Piqué sobre Kevin Gameiro muy protestada por los locales.
El delantero del Atlético falló, pero se rehízo en el 83’ con el 1-1. Se volcó el equipo capitalino y pudo forzar la prórroga. A cinco minutos del final, el Barça vio cómo Suárez fue expulsado por doble amarilla y se quedó con nueve.
Lo buscaron los colchoneros de todas las maneras, pero se quedaron a medias y el Barça, el rey de Copas, se clasificó para una nueva final, la séptima en las últimas nueve temporadas.