En sus manos

El Real Madrid encarriló los octavos de final de su competición preferida, la Liga de Campeones, encontrando el premio al planteamiento valiente con presión alta de Zinedine Zidane, para remontar con contundencia al...

El francés Karim Benzema aportó con un gol en la victoria del Real Madrid, en la ida de los octavos de final. El francés Karim Benzema aportó con un gol en la victoria del Real Madrid, en la ida de los octavos de final.

Madrid / EFE
Deporte / 16/02/2017 06:42

El Real Madrid encarriló los octavos de final de su competición preferida, la Liga de Campeones, encontrando el premio al planteamiento valiente con presión alta de Zinedine Zidane, para remontar con contundencia al Nápoles y mostrar, tras un esfuerzo titánico, credenciales de campeón (3-1).

El duelo respondió a las expectativas en un estadio Santiago Bernabéu con ambiente de noche europea, sin espacio para los reproches y sólo para el aliento. Con presión alta del Real Madrid para anular las virtudes del Nápoles, que aceptó el duelo con valentía y el impulso moral de la charla de Diego Maradona en el vestuario.

El madridismo mordió desde el pitido inicial, pero apareció el descaro del grupo dirigido por Maurizio Sarri, que comenzó a golpear y tras dos llegadas, anotó un gol inesperado.

El Real salió mal, Keylor Navas quedo descolocado y Lorenzo Insigne castigó el error sin necesidad de avanzar a los ocho minutos. Su disparo lejano se coló en la portería blanca (0-1). No hubo tiempo para lamentaciones. El Nápoles mostró las razones de sus meses sin derrotas y obligó al Real Madrid a dar lo mejor de sí.

La reacción rápida llegó a los 18’. Carvajal, que firmó un partido para enmarcar, culminó una subida con un pase de lujo a la testa de Karim Benzema, que extendió su idilio con la Champions (1-1).

La segunda parte fue decisiva en el desenlace del duelo. El Nápoles no especuló y su valentía fue castigada con dureza. Apareció Cristiano Ronaldo a los 49’ y desde el costado derecho desató una bicicleta recordando viejos tiempos y su pase atrás lo remató Toni Kroos (2-1).

El Nápoles decidió arriesgar y buscó el gol, pero la presión del equipo de Zidane dio su premio. El balón llovió del cielo a Casemiro, que enganchó una volea magnífica para el 3-1.

En el continuo intercambio de golpes pudo sentenciar el Real Madrid pero Cristiano no acertó a marcar y el partido murió en la contención de un omnipresente Casemiro. El vigente campeón encontró su mejor versión.

OTRO PARTIDO

El Bayern Múnich también sacó ventaja como local, al golear ayer al Arsenal por 5-1, un resultado con el que encaminó su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones.

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