Reloj de arena
Sucre siempre mantuvo sus puertas abiertas a eventos internacionales. Los Juegos Bolivarianos de 2009 dejaron un legado en la Capital, como las canchas de arena de Garcilazo, que por dos años consecutivos se...
Sucre siempre mantuvo sus puertas abiertas a eventos internacionales. Los Juegos Bolivarianos de 2009 dejaron un legado en la Capital, como las canchas de arena de Garcilazo, que por dos años consecutivos se convirtieron en paradas del Circuito Sudamericano de Voleibol de Playa.
Las banderas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Paraguay volvieron a flamear en Sucre, así como lo hicieron, en 2014 y 2015, en las canchas de arena, los emblemas de Argentina, Brasil y Uruguay.
En ambas oportunidades, la cifra de 100 participantes fue superada, los cuales también aprovecharon otra de las herencias de los Juegos de 2009, la Villa Bolivariana, donde estuvieron hospedados y recibieron la alimentación necesaria.
En la arena de Garcilazo, hubo desde medallistas sudamericanos y bolivarianos hasta algunos que estuvieron en eventos mundiales y que aspiraban a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
La cita de 2015 cobró mayor protagonismo, al ser parte de la recta final del Circuito Sudamericano, por lo que los principales favoritos no se guardaron nada en busca de quedar en los primeros lugares, con los que accedían al Mundial de la gestión.
Las duplas venezolanas siempre fueron protagonistas, aunque brasileños y chilenos también dieron pelea, lo que no pudieron hacer los anfitriones, todavía con poca experiencia internacional.
Más allá de los resultados, que no fueron los mejores para los representantes nacionales, Sucre se convirtió, así como Santa Cruz y Cochabamba, en una estación para el beach vóley, que cautivó a más de uno.
Prueba de ello fueron las graderías colmadas durante los dos torneos internacionales, que duraron un fin de semana cada uno, tiempo suficiente para que también los deportistas disfruten el cariño del público local.
Las lloviznas de la temporada, las temperaturas bajas características de Sucre, por la noche, horario hasta el que se extendieron las jornadas maratónicas, nunca fueron impedimento para el normal desarrollo de las competencia y, por supuesto, para la presencia de la gente.
Pese a la dimensión, los predios de Garcilazo colmaron las expectativas de la organización y motivaron a las autoridades a prometer mejoras y ampliaciones que, por el momento, no fueron plasmadas.
Por esa dejadez, entre otros aspectos como la falta de impulso de empresas privadas, Sucre cortó la seguidilla de campeonatos internacionales en 2016, año en el que Cochabamba y Santa Cruz fueron las únicas paradas, en Bolivia, del Circuito Sudamericano.
HECHOS DESTACADOS
Paro sorprendió a los visitantes
Un paro cívico por Fancesa recibió a los deportistas un día antes del torneo de 2014. En una larga travesía, los efectivos policiales guiaron el camino de las delegaciones para superar los bloqueos en la ciudad.
Participación boliviana
Comandadas por la chuquisaqueña Amalia Calvo, la representación boliviana presentó 13 duplas en 2014 y al año siguiente fueron 11. En la primera cita, hubo cinco binomios capitalinos y en la segunda, fueron cuatro parejas.
Chile de oro y desquite llanero
En la etapa de 2014, los chilenos Marco y Esteban Grimalt se quedaron con el oro. En la siguiente gestión, todo fue para Venezuela, su dupla masculina Jackson Henríquez-Jesús Villafañe celebró en la Capital, donde un año antes se habían quedado con el bronce.
Dominio carioca y venezolano
Así como en la rama masculina, en 2015, Venezuela también subió a lo más alto del podio con el binomio Olaya Pazo-Norisbeth Agudo. Una temporada antes, Brasil había consolidado su dominio con el título, gracias a Amanda Maltez y Erica Almeida.
Cochabamba, con experiencia
El año pasado, ante la ausencia de Sucre, Santa Cruz fue la única parada boliviana del Circuito Sudamericano. Mientras, Cochabamba tiene mayor experiencia en la organización de estos eventos, que recibe desde 2013.
La capital, dos años al margen
La inestabilidad dirigencial, la falta de apoyo y las escasas mejoras en las canchas de Garcilazo son algunos de los factores por los que la Capital quedó al margen del Circuito Sudamericano en los dos últimos años.