Alemania campeón

Alemania se proclamó ayer campeona de la Copa Confederaciones al derrotar por la mínima diferencia a Chile (1-0) en un partido que se decidió en un fallo garrafal en defensa de La Roja, mediada la primera parte.

La celebración de los teutones tras conquistar el título de la Copa. La celebración de los teutones tras conquistar el título de la Copa.

SAN PETERSBURGO/EFE
Deporte / 03/07/2017 05:23

Alemania se proclamó ayer campeona de la Copa Confederaciones al derrotar por la mínima diferencia a Chile (1-0) en un partido que se decidió en un fallo garrafal en defensa de La Roja, mediada la primera parte.

De esta forma, los alemanes inscribieron por vez primera su nombre en este torneo, en el que Brasil había ganado las tres últimas ediciones y que, según los rumores, podría haber vivido sus últimos instantes.

Fue un trabajo de ingeniería alemana, en el que los pupilos de Joachim Löw aprovecharon inteligentemente los fallos del rival y mantuvieron la calma en todo momento, muy al contrario que el equipo rival, que fue todo pasión y nervios.

Un fallo garrafal de Marcelo Díaz a los 20 minutos marcó el devenir de la final, ya que hasta entonces La Roja había desarbolado a la campeona mundial. Díaz intentó burlar a un rival cuando era el último jugador y el balón se lo robó Werner, que ante la salida desesperada de Bravo se lo cedió a Stindl para que marcara a puerta vacía.

Alexis no tuvo su día, pero tampoco el resto de los integrantes de la generación dorada del fútbol chileno, que no supieron reponerse del duro revés que supuso el gol encajado.

Chile salió a atosigar a los alemanes desde el primer minuto con hasta cuatro jugadores presionando la salida del balón, lo que obligó a Ter Stegen a dar más de un pelotazo.

Tras la reanudación y el fallo de Díaz aún fresco en la memoria, los chilenos lo intentaron, pero ahora sí la “mannschaft” presionaba más arriba.

No habían pasado diez minutos y Pizzi dijo basta, reemplazó a Díaz y sacó a Leonardo Valencia como revulsivo, pero los chilenos comenzaron a frustrarse, a protestar al árbitro por cada jugada y a caer en el juego sucio.

Así, Jara dio un codazo absolutamente intencionado a Werner en una jugada en la que mereció una roja directa, pero el VAR le perdonó la vida y lo dejó en amarilla.

Los chilenos comenzaron a empujar en la recta final del partido, pero no estuvieron a la misma altura que en las anteriores dos finales, cuando La Roja derrotó a la Argentina de Messi en la Copa América.

 

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