Golpes a la corrupción

La lucha contra la corrupción en el fútbol sumó un nuevo capítulo con la detención del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Ángel María Villar, y de su hijo Gorka, ordenada por la Audiencia Nacional.

El FIFAgate, la pugna Blatter-Platini, las sospechas en CONMEBOL y CONCACAF, el Mundial Brasil 2014 y la detención del ex presidente del Barcelona, Sandro Rossell, son los casos que conmocionaron el fútbol mundial.

El que mayor repercusión generó en los últimos meses fue el FIFAgate. Nueve personas cercanas a la FIFA y cinco empresarios fueron relacionadas en mayo de 2015 con casos de corrupción por el FBI. Los supuestos sobornos ascendían a 150 millones de dólares que ponían en entredicho, entre otras cosas, la designación de las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022.

Meses después, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y su homólogo de la UEFA, el francés Michel Platini, fueron suspendidos durante ocho años de cualquier actividad relacionada con el fútbol. El motivo fue el pago de 1,8 millones de euros que Blatter realizó en 2011 a Platini por un encargo realizado para la FIFA entre 1999 y 2002.

El fútbol latinoamericano también se agitó por la acusación de corrupción de 16 dirigentes, entre ellos, los presidentes de CONMEBOL, Juan Ángel Napout, y de la CONCACAF, el hondureño Alfredo Hawit Banegas, arrestados en Suiza.

Ambos dirigentes, vicepresidentes de la FIFA, fueron imputados presuntamente por aceptar millones de dólares en sobornos por la venta de los derechos de comercialización en conexión con torneos de fútbol en América, así como de las Eliminatorias.

Asimismo, se revelaron acusaciones de sobornos respecto al Mundial Brasil 2014. El ex ministro de Turismo brasileño Henrique Alves, fue arrestado en una operación que investiga desvíos en la construcción del estadio Arena das Dunas de Natal.

Antes de la detención de Villar y su hijo Gorka, el arresto de Sandro Rosell había sacudido al mundo del fútbol. El ex presidente del Barcelona, detenido junto con su esposa y tres supuestos testaferros, es acusado de blanquear presuntamente 15 millones de euros de comisiones ilícitas por los derechos audiovisuales de la selección brasileña y ocultarlos después en Andorra.