A la caza del Barcelona
El Real Madrid y el Atlético de Madrid, obligados a no fallar ante Eibar (3-0) y Celta (0-1), sacaron adelante sus partidos sin alardes y de forma un tanto discreta, aunque no es poco dada la necesidad de los puntos...
El Real Madrid y el Atlético de Madrid, obligados a no fallar ante Eibar (3-0) y Celta (0-1), sacaron adelante sus partidos sin alardes y de forma un tanto discreta, aunque no es poco dada la necesidad de los puntos tras las victorias del Barcelona y el Valencia.
De esta forma, la cabeza de la Liga española continúa igual, con el equipo azulgrana como líder destacado con cuatro puntos de ventaja sobre el Valencia, cinco sobre el Real y seis sobre el Atlético.
Tras ceder un empate ante el Tottenham en la Liga de Campeones el equipo de Zinedine Zidane no podía permitirse otro tropiezo ante un Eibar que comenzó la campaña peor que en cursos precedentes y que tiene su gran déficit en la falta de gol (marcó sólo tres tantos).
El técnico francés volvió a hacer rotaciones. En esta ocasión dejó en el banquillo a Karim Benzema y Marcelo, y en cuanto a juego el equipo blanco apenas funcionó ante un oponente que todo lo bueno que hizo en el manejo del balón lo perdió en el área de Kiko Casilla.
Además, Cristiano Ronaldo estuvo desafortunado ante la portería y no pudo incrementar su exigua cuenta anotadora en la presente Liga (un solo gol).
Sin hacer nada del otro mundo, el Real encarriló la victoria antes de la media hora gracias a un autogol del portugués Paulo Oliveira (18’) y a un remate de Marco Asensio (28’), y la sentenció en el segundo periodo en la mejor acción del encuentro que culminó Marcelo (82’), que llevaba 12 minutos en el campo.
Primer y más importante objetivo cumplido. Victoria y tres puntos, lo mismo que hizo antes el Atlético de Madrid en Balaídos (0-1), donde el conjunto del argentino Diego Pablo Simeone puso fin a su racha de cuatro partidos sin vencer (entre Champions y Liga).
Un tanto de Kevin Gameiro (28’), a la salida de un córner, le dio el triunfo que tanto necesitaba el cuadro atlético, cuyo sufrimiento en los últimos minutos fue considerable ante el acoso absoluto de un Celta que apretó pero no tuvo acierto.