Sin sufrir no vale
Croacia sufrió para alcanzar los cuartos de final y mantener viva la ilusión de una generación que esperó a los penales (2-3), con los que eliminó a Dinamarca, que estuvo a punto de acabar con la historia de...
Croacia sufrió para alcanzar los cuartos de final y mantener viva la ilusión de una generación que esperó a los penales (2-3), con los que eliminó a Dinamarca, que estuvo a punto de acabar con la historia de Luka Modric en los Mundiales.
Al equipo del mago croata se le apagó la luz en el momento más inoportuno. Parte de culpa la tuvo el rocoso planteamiento danés, que consiguió anular las ideas de la estrella balcánica. El jugador del Real Madrid vive con la continua amenaza de que cada partido puede ser su último en un Mundial y contra los daneses estuvo a punto de despedirse.
El portero Kasper Schmeichel se empeñó en amargar a Croacia hasta límites insospechados. Y, sobre todo, a Modric, a quien detuvo un penal a pocos minutos para el final de la segunda parte de la prórroga. Después, alargó sus aciertos con otros tres lanzamientos detenidos en la tanda de penales. Pero, por suerte para Croacia, Danijel Subasic paró uno más.
Todo comenzó mal para Croacia, que en el segundo minuto encajó el primer gol, obra de Mathias Jorgesen (0-1). Fue un palo que duró muy poco, porque en dos minutos Mario Madzukic empató el duelo (1-1).
Entonces comenzó otra pelea, la del gobierno del centro del campo que no ganó nadie. El tiempo fue pasando y sólo una genialidad podía provocar el desempate. Croacia no deslumbró y defraudó. Dinamarca hizo su trabajo y la prórroga hizo acto de presencia. En ella, el cuadro escandinavo dio un paso hacia delante y dio algún pequeño susto.
Con los jugadores agotados, los últimos 15 minutos estaban destinados a ser un trámite para la prórroga. Y, entonces, la bombilla de Modric se encendió casi al final con un maravilloso pase a Ante Rabic, que fue objeto de un penal.
Modric agarró la pelota y, decidido, se fue hasta el punto de penal para acabar con el sufrimiento. Y, como ya les ha pasado a muchos grandes jugadores de la historia, falló en el momento cumbre. Schmeichel, con su padre en la grada alborotado, paró el disparo y la eliminatoria se decidió desde la tanda de penales.
Después, la historia fue cruel con Schmeichel. Siguió deteniendo penales pero sus compañeros no acertaron, incluido Christian Eriksen, que chocó con Subasic. Al final, Ivan Rakitic marcó el definitivo, evitó un día trágico a Modric y su generación no será una generación perdida. Si Rusia lo permite en cuartos,