La maldición de Kazán
La ciudad de Kazán se despidió como sede de la Copa del Mundo de Rusia 2018 con el cartel de “matagigantes” del torneo, puesto que en su estadio, el Kazán Arena, han caído hasta tres antiguos campeones:...
La ciudad de Kazán se despidió como sede de la Copa del Mundo de Rusia 2018 con el cartel de “matagigantes” del torneo, puesto que en su estadio, el Kazán Arena, han caído hasta tres antiguos campeones: Alemania, Argentina y Brasil.
La tranquila capital de la región de Tartaristán, ubicada a unos 800 kilómetros de Moscú y con una población de 1,2 millones de habitantes, albergó seis partidos, cuatro de la fase de grupos, uno de octavos de final y otro de cuartos.
Durante tres semanas, desde el pasado 16 de junio, cuando se “estrenó” el Kazán Arena en el Mundial con el duelo entre Francia y Australia (2-1), las coloridas y tranquilas calles de la capital tártara dieron la bienvenida a aficionados de 11 países diferentes: Francia, Australia, Irán, España, Polonia, Colombia, Corea del Sur, Alemania, Argentina, Brasil y Bélgica.
Del vallenato de los colombianos a la bossa de los brasileños, pasando por la pasión de Argentina, los cánticos de España o el júbilo de coreanos e iraníes: todos hicieron parada obligada en Kazán.
El moderno Kazán Arena tardó tres años en construirse y reemplazó al vetusto Estadio Central como escenario principal de la ciudad
El moderno recinto, con capacidad para casi 45.000 espectadores, se despidió como uno de los lugares en los que más sorpresas se vivieron, y de los cinco campeones que jugaron sobre su verde, cuatro ya están en casa.
Sólo Francia y España –aunque La Roja fue eliminada en octavos por Rusia– superaron la “maldición de Kazán”. Los hombres de Didier Deschamps disputaron dos partidos en la ciudad del Volga: en fase de grupos, vencieron con apuros a Australia, y por octavos, apearon a la Argentina de Lionel Messi (4-3).
El resto de campeones cayeron. Empezó Alemania, que consumó su debacle mundialista a manos de Corea del Sur (0-2), siguió Argentina, en la ya mencionada derrota ante Francia (4-3) en octavos, y la última fue Brasil, que se vio sorprendida el viernes por Bélgica en su duelo de cuartos de final (1-2).
Así, tres semanas después de su primer partido mundialista, el moderno recinto echa el cierre como sede de la Copa del Mundo.