Figuras renovadas
El fútbol se marca por ciclos. Cambia constantemente. El Mundial de Rusia, que debía ser el de Messi (31 años), Cristiano Ronaldo (33) y Neymar (26) será recordado como la edición de los Modric, Rakitic, Mbappé...
El fútbol se marca por ciclos. Cambia constantemente. El Mundial de Rusia, que debía ser el de Messi (31 años), Cristiano Ronaldo (33) y Neymar (26) será recordado como la edición de los Modric, Rakitic, Mbappé, De Bruyne, Lukaku, Harry Kane, Pickford y un sinfín de futbolistas que dieron el salto definitivo a la excelencia internacional. O lo que es lo mismo, las estrellas del futuro ya han llegado.
En las semifinales de Rusia no estará ninguna de las selecciones con mayor palmarés. De hecho, únicamente Francia e Inglaterra saben lo que es levantar una Copa del Mundo, síntoma de que hay un cambio sustancial en el orden europeo y mundial.
Son cuatro selecciones del viejo continente, cuatro equipos sin, en teoría, las máximas figuras que dominan o dominaban el fútbol actual. En ese amplio relevo generacional se coló la Croacia de Modric y Rakitic. Con 33 y 30 años, respectivamente, lideran una selección donde los veteranos suponen la columna vertebral. A ellos se suma Mandzukic y Subasic, entre otros. La última generación dorada que pretende ir un paso más allá de lo logrado por la mítica selección de Francia 1998. La final, Inglaterra mediante, les espera.
Los otros tres candidatos viven la consagración de jóvenes talentos a los que ya les tocaba dar un paso al frente. Es el caso de la sorprendente Inglaterra de Southgate. Tras mil y un fracasos y decepciones, son un grupo de jugadores jóvenes quienes devuelven la ilusión a los inventores del fútbol. Un portero de 24 años, Jordan Pickford, y un elenco de promesas que ya brillan con fuerza en Rusia como es el caso de Sterling, Dele Alli o el goleador Harry Kane, que con sus seis goles lidera además la tabla de artilleros de este Mundial.
Ese salto de nivel se explica perfectamente en Bélgica, la eterna “tapada”, la clásica revelación de los últimos Mundiales o Eurocopa que se quedaba a medio camino de la sorpresa. En Rusia se convirtió en la preferida, y en gran parte es por las constantes exhibiciones de futbolistas como Hazard, De Bruyne y Lukaku, entre otros.
Cierra el círculo Francia, seguramente la selección con mayores recursos de todas y que ya ofreció indicios de su potencial en la última Eurocopa, que se le escapó de las manos en el último suspiro.
En la misma línea que las anteriores, la selección de Didier Deschamps se sustenta sobre una defensa insultantemente joven (Lucas, Varane, Umtiti y Pavard) y se levanta imponente frente a sus rivales con la magia de futbolistas aún en crecimiento como Mbappé y Pogba u otros en plena fase de asalto al trono como es el caso de Griezmann.
Quizá ese reinado que se antojaba eterno de los Messi y Cristiano llegó a su fin. El fútbol pertenece ahora a otros. Al menos en este Mundial. El Mundial de la nueva orden europea.