Boca-River, por la corona de América
Boca Juniors empató anoche 2-2 con Palmeiras en Sao Paulo y jugará su undécima final de la Copa Libertadores ante su máximo rival, River Plate, en La que será una edición inédita del Superclásico argentino

Boca Juniors empató anoche 2-2 con Palmeiras en Sao Paulo y jugará su undécima final de la Copa Libertadores ante su máximo rival, River Plate, en La que será una edición inédita del Superclásico argentino en busca del nuevo “rey de América”.
El conjunto “xeneize” llegaba con la tranquilidad de la victoria por 2-0 que consiguió en la Bombonera y certificó su clasificación con un empate en territorio brasileño, en el que volvió a ser fundamental el atacante Darío Benedetto.
Ramón “Wanchope” Ábila adelantó a los argentinos en el minuto 17 en un error de concentración de la defensa del Palmeiras. La clasificación parecía asegurada, pero los brasileños despertaron en la segunda mitad y remontaron el marcador en menos de diez minutos.
Luan devolvió las tablas al marcador en el 50’ y el paraguayo Gustavo Gómez anotó desde el punto de penal en el 60’ (2-1).
El equipo verde vio además como el VAR le anulaba un gol al inicio del partido por posición ilegal de Deyverson.
Pero Benedetto, que ya marcó los dos goles en La Bombonera, salió desde el banquillo para enterrar el sueño de los paulistas en el 69’.
El título lo definirán ahora Boca Juniors y River Plate, que el martes eliminó al Gremio, campeón de 2017, de remontada en el Arena de Porto Alegre. Será una final inédita.
En 2004 los dos clubes se enfrentaron en unas semifinales marcadas por la polémica celebración de Carlos Tévez imitando a una gallina, como apodan los aficionados de Boca a su máximo rival. La decisión se fue entonces a los penales y el conjunto “xeneize” se clasificó.
Hubo que esperar 11 años para una nueva eliminatoria entre ambos. Fue en los octavos de final de 2015 y Boca fue eliminado después de que un aficionado lanzara un bote de gas pimienta en el túnel de vestuarios de La Bombonera. Posteriormente, River obtendría su tercer título en el torneo.
Con este precedente, la final de la Libertadores 2018 sólo puede ser histórica y será la misma que quería evitar el presidente argentino, Mauricio Macri, quien presidió Boca de 1995 a 2008.