Duelo continúa
Sepultan a primera de las diez víctimas del incendio en la sede del Flamengo, todavía no se pudo identificar a todos
Los restos de Arthur Vinícius de Barros, uno de los diez jóvenes futbolistas fallecidos en el incendio desatado en una de las sedes del club Flamengo, fueron sepultados ayer, cuando habría cumplido 15 años de edad.
El funeral fue realizado en Volta Redonda, ciudad natal de Arthur a unos 130 kilómetros de Río de Janeiro, donde decenas de personas, entre familiares y amigos del frustrado futbolista, se dieron cita arropados con banderas del Flamengo.
El incendio ocurrió la madrugada del viernes en el Ninho do Urubu, como se conoce al centro de entrenamientos del Flamengo, en Río de Janeiro, cuando al parecer por un cortocircuito en un aparato de aire acondicionado se incendió uno de los alojamientos de las divisiones inferiores.
Además de los diez muertos, el desastre dejó otros tres heridos que continúan hospitalizados y uno de los cuales, identificado como Jhonatan Cruz Ventura, de 15 años, se encuentra en estado grave, con quemaduras en casi el 40% de su cuerpo y problemas respiratorios generados por la inhalación de humo durante el incendio.
La identificación de los fallecidos fue dificultada por el alto grado de carbonización de los restos y, hasta hora, sólo pudieron ser reconocidos siete de los diez jóvenes.
Para facilitar el trabajo de los peritos, el Flamengo entregó al Instituto Médico Legal de Río de Janeiro las radiografías de las arcadas dentarias de los jóvenes, a fin de intentar evitar que el reconocimiento deba ser realizado por medio de análisis de ADN, que podrían demorar semanas.
Todas las víctimas tenían entre 14 y 16 años y eran oriundas de otros estados o de zonas del interior del estado de Río de Janeiro, como el caso de Arthur Vinícius, y por lo lejano de sus residencias vivían en la sede del club.
Así como ocurrió en la víspera, el Ninho do Urubu aún era objeto ayer de una suerte de peregrinación de hinchas del “Fla”, que dejaban flores, cartas o banderas en homenaje a los jóvenes fallecidos.
El siniestro desató una ola de solidaridad con el Flamengo, que recibió mensajes de pesar de todos los equipos de Brasil y de muchos de los más importantes clubes y jugadores del mundo.