Pólvora encendida

El Barcelona, superado futbolísticamente por el Real Madrid durante 50 minutos, desarrolló su versión más práctica y su mayor pólvora para asaltar de nuevo el Santiago Bernabéu (0-3) y defenderá su título de la Copa del Rey el próximo 25 de mayo.

Había merecido mucho más el Real Madrid, pero su negación ante la portería rival y la ausencia de un jugador que defina fue aprovechada de forma milimétrica por un Barcelona que superó los momentos de crisis con más o menos fortuna y machacó en el segundo periodo.

Ernesto Valverde, que apostó por Sergi Roberto por delante de Semedo, quiso tener controlado el partido. No lo logró porque la gran esperanza del madridismo, Vinicius, se encargó de ello.

Los goles llegaron recién durante el segundo tiempo. Muy pronto, a los 50’, Luis Suárez aprovechó un centro de Dembelé desde la izquierda, se adelantó a Ramos y comenzó a decantar el choque abriendo el marcador.

A partir de ahí, el Barça no paró hasta sentenciar el partido. En cuatro minutos, cerró el compromiso con el autogol de Varane (69’) luego de otro envío de Dembelé, esta vez desde la derecha, y un penal de Casemiro a Luis Suárez. Messi, que vivió un clásico tranquilo, le cedió el honor al uruguayo de terminar con un doblete para sellar una nueva presencia en una final de Copa, cuando transcurrían los 73 minutos.

Será la sexta final consecutiva para el Barcelona. Algo histórico. Buscará su quinto título en fila ante el ganador del encuentro entre el Valencia y el Betis (juegan hoy), mientras que el sábado se escribirá en el propio Bernabéu el siguiente capítulo de clásicos, esta vez de Liga.