Batacazo mundial
FÚTBOL El Barcelona, uno de los equipos más importantes del mundo, fue eliminado por el Liverpool en Inglaterra, luego de caer por 4-0 en el estadio de Anfield Road
Golpe en la Champions Foto: La historia, cíclica como ella sola, devolvió ayer a un histórico Liverpool a su milagro de Estambul y rememoró las pesadillas de un Barcelona que volvió a visitar Roma un año después y quedó eliminado de la Liga de Campeones en un naufragio para la posteridad.
Una tormenta que avisó al Barcelona y que les comprimió los músculos y les metió el miedo de 54.000 gargantas en el cuerpo. Cuando Jordi Alba perdió el balón que desembocó en el gol de Origi (7’), no se sintió como algo extraño.
Pareció la parte escrita de un guion preparado de antemano en Anfield. Un Liverpool al que le daba igual no tener a Mohamed Salah y Roberto Firmino, porque Origi y Shaqiri tomaban sus papeles entonados por la grada. Muy por encima de su nivel real quizás, muy al nivel del escenario.
Compugido y asustado y siempre con Roma en la mente, el Barcelona salió de la cueva, con un Messi buscado continuamente, pero se encontró con el portero Alisson.
Aunque el Liverpool se precipitaba en la búsqueda del segundo con un eléctrico Mané, el resultado aguantaba con la diferencia por la mínima.
El funcionamiento de los Reds sufrió un giro ante la lesión de Andy Robertson que trasladó a Milner al lateral izquierdo y sacó a Georginio Wijnaldum al mediocampo.
En el inicio del segundo tiempo superó el infierno del primero. Wijnaldum terminó por meter al Barça la pesadilla de Roma. El holandés remató un centro abajo de Alexander-Arnold y puso el 2-0 a los 54 minutos; a los dos minutos, el holandés remató de cabeza un envío desde la izquierda y puso el 3-0. Anfield aterraba.
Las reminiscencias de la noche en el Olímpico ya eran fotografías en la mente de los jugadores azulgranas.
El terror ya era un jugador más en las filas de los de Ernesto Valverde y mientras se paseaba por el campo, dejó helados a los defensas, que se quedaron parados en un córner y permitieron que Origi (79’), en una jugada inexplicable, anotase libre de marca.
Anfield fue el epicentro del miedo mundial. Los cánticos a Origi se entremezclaron con las caras de los azulgranas, incrédulos.
El Liverpool registró el 4-0 en el marcador. El Barcelona se entretuvo tocando en la frontal. No estaba un Iniesta que lo arreglara. Messi no apareció. El tiempo se agotó y The Kop enloqueció.
El pitido final lo confirmó. Anfield fue el centro de la alegría mundial para un Liverpool histórico. Lograron el imposible, al remontar el 0-3 del partido de ida, devolviendo al Barcelona a Roma, rescatado Estambul y estarán en la final del próximo 1 de junio en el Wanda Metropolitano frente al Ajax o el Tottenham.
