Tottenham logra el milagro
La crónica estaba casi escrita. El Ajax lo tenía todo a su favor. Tras el gol de la ida (0-1), marcó dos en la primera mitad en Ámsterdam, ayer. Se había ganado de nuevo en los primeros 45 minutos el voto popular, pero Mauricio Pochettino consiguió hacer creer a los suyos que no hay nada escrito, que rebelarse ante el destino también es una manera de vivir; así, el Tottenham ganó 2-3 y avanzó a la final de la Champions por primera vez en su historia.
Fue un partido loco, con un gran dominio del Ajax en la primera parte que le permitió adelantarse con dos goles de De Ligt y Ziyech y en el que pareció que los holandeses llegarían a la final (era 3-0 en el global).
El Tottenham debía marcar tres tantos, pero no se sabía bien de dónde iban a venir. Solo que salieron otros Spurs. Más atrevidos, más guerreros y con un Lucas Moura enchufado que marcó un “triplete”.
El primer gol del brasileño fue la contra y que daba sentido a lo que se veía. De nuevo un paradón de Onana no fue suficiente y Moura se revolvió en un metro cuadrado para el segundo.
Llegó el último segundo del descuento de cinco minutos, al que hay que esperar siempre cuando hay equipos que nunca se dan por perdidos. Y ahí apareció Moura para firmar su noche soñada, la de cualquier futbolista, la de llevar a su equipo a una final de la Champions obrando un milagro.
El pitido final del árbitro desató la locura total entre los jugadores del Tottenham, que se enfrentará en la final de la Liga de Campeones al Liverpool, el próximo 1 de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid.