El chuquisaqueño que podría llegar a la Copa América Brasil 2019

A sus 29 años, Saúl Torres es otro ejemplo de que “nadie es profeta en su tierra”. El chuquisaqueño, que debutó en Primera División defendiendo los colores de Universitario en 2012, se vio obligado a dejar la escuadra capitalina por falta de minutos en el campo de juego y encontró la “tierra prometida” para sus anhelos deportivos en Potosí.

“Me siento bendecido”, asegura el defensor que dice estar entregado a Dios. 

Actualmente está entre los 31 preseleccionados por Eduardo Villegas para asistir a la Copa América de Brasil, que iniciará el próximo 14 de junio y que esta semana será recortada por el entrenador a solo 23 nombres.

El defensor, que se formó en Fancesa bajo las órdenes de Richard Cueto en 2005, recuerda su debut a nivel competitivo como uno de sus momentos más importantes de su ascendente carrera deportiva.

“Fue un partido muy lindo”, asegura el futbolista al recordar con una sonrisa el cotejo que disputó ante Independiente, elenco que contaba entre sus filas a su hermano Rolando. “Ganamos, pero del resultado no me acuerdo”, rememora el “Chiqui”; sobrenombre que heredó de su hermano mayor, Edwin.

Al siguiente año, los vientos de cambio lo llevaron a recalar en el “Inde”, equipo de tradición familiar, pues sus dos hermanos, alcanzaron el nivel profesional jugando para el albirrojo.

Mientras estuvo en Independiente (2006-2008), el “Chiqui” asegura haber aprendido bastante. “en ese entonces estaban jugadores como (Edwin) “Chavo” Callejas, Gonzalo Manjón, Javier Ferrufino y el paraguayo Antonio Palacios”, recuerda.

En 2010 retornó al cuadro fabril para disputar la Copa Simón Bolívar, donde Fancesa no pudo superar la fase de grupos y quedó por detrás de Nacional Potosí, que para entonces buscaba su ascenso al profesionalismo.

Al año siguiente, luego de demostrar una producción deportiva interesante, Flamengo de Sucre lo presentó como uno de sus refuerzos para encarar el torneo de ascenso al fútbol profesional. Su fútbol no dejaba de evolucionar, acercándose cada vez más al ámbito profesional.

Para 2012, Sergio Apaza, entonces entrenador de Universitario, vio en el “Chiqui” Torres potencial y compromiso, aptitudes que lo llevaron a debutar a mediados de junio en la hoy extinta Copa Aerosur (torneo de invierno).

Ese mismo año debutó a nivel internacional frente a Liverpool de Uruguay por la Copa

Sudamericana. 

Todo parecía ir viento en popa, pero las turbulencias en su carrera deportiva fueron inevitables. Con el alejamiento de Apaza del banquillo de la “U” para septiembre de 2012, el defensor empezó a perder terreno con la llegada del mexicano David de la Torre, y después con Javier Vega.

Para entonces su naciente carrera profesional pareció truncarse, pero Real Potosí fue el “salvavidas” que necesitaba. Permaneció en el Lila durante la temporada 2014-2015 y su fútbol volvió a encenderse.

Para la temporada 2015-2016, la dirigencia estudiantil recuperó los servicios del “Chiqui”, pero sin la confianza por parte del entrenador Vega. Su fútbol volvió a verse perjudicado.

Contando los días para que la temporada acabará, el lateral derecho volvió a Real en 2017, esta vez, para no detenerse más.

Su fútbol llamó la atención a la dirigencia de Nacional Potosí y para 2018 contrató sus servicios.

Este año, el chuquisaqueño logró cumplir su más grande sueño: defender los colores de la Selección nacional.

El seleccionador Eduardo Villegas, lo convocó desde que asumió la dirección técnica de la Verde. El “Chiqui” jugó 90 minutos frente a Nicaragua y sumó 45’ más ante Corea del Sur; ambos partidos amistosos.

En su tercer llamado, el lateral chuquisaqueño tiene el difícil desafió de quedar entre los 23 jugadores que representarán a los 11 millones de bolivianos en el torneo más antiguo del mundo. 

Para asegurar su pemanencia en el equipo de todos, Torres deberá competir con Diego Bejarano y Erwin Saavedra, también laterales.