Alonso-Coma, en el Dakar 2020
El expiloto de Fórmula 1 y el exdirector deportivo del rally estarán en la carrera más dura del planeta
Dos de los pilotos más importantes en la historia del motor en España, Fernando Alonso y Marc Coma, se subirán juntos a un coche para disputar la edición 2020 del rally Dakar.
Alonso, bicampeón mundial de Fórmula 1 y campeón del mundo de resistencia, se lanza por primera vez a la aventura. No así Coma, que sabe lo que es ganar la carrera hasta en cinco ocasiones en la categoría de motos.
Un escudero ideal para el que el asturiano solo tuvo buenas palabras: “Creo que por la experiencia y el conocimiento que él tiene, es impagable para mi tener un copiloto de ese calibre. Ahora tengo unos meses por delante para no solo ir a vivir la aventura sino para intentar hacerlo lo mejor posible”.
“Su experiencia, su conocimiento de la carrera, del terreno, de la navegación, de cómo afrontar las etapas, para mí es como si fuese un maestro y no puedo estar más contento”, explicó el día en el que confirmó que acudirá a la cita con motivo de la presentación del equipo Toyota Gazoo Racing en Port Aventura.
Para Coma, cambia el vehículo pero no la ilusión. Y queda la experiencia, mucha acumulada a lo largo de los años. “Prácticamente ya he hecho todas las funciones que se puedan hacer en el Dakar. Piloto de motos, director deportivo y ahora sentado como copiloto”, señaló.
“Realmente es atractivo. Estaba claro que mi objetivo no era ser copiloto ni mucho menos, pero si juntamos todo esto y viendo que a Fernando se le puede aportar mucho, pues aquí estamos, ayudando en todo lo que se pueda, motivados y contentos”, explicó.
El rally de Marruecos, que ambos ya compartieron, invita al optimismo. “La verdad es que los dos días que nos entregaron el roadbook en Marruecos por la mañana sin tiempo para prepararlo nos sentimos bien. No cometimos errores y creo que es una buena decisión por el espíritu de la carrera, donde los navegantes van a tener su importancia”, apuntó.
Pese a ser nuevo, Alonso está demostrando ser una esponja y adaptarse rápido a los cambios. Escuchar una voz junto a él mientras conduce es uno de ellos: “Si fuera un rally normal sería más difícil para mí el seguir siempre las notas curva a curva. El Dakar es seguir conduciendo un poco con los ojos, el piloto tiene la responsabilidad tanto de la velocidad como de afrontar cualquier curva o bache que esté llegando”.
Pocos pilotos han dado tantas muestras de amor incondicional hacia el mundo del motor como el asturiano, que decidió dejar momentáneamente de lado la Fórmula 1, pese al cartel que ostentaba, para vivir nuevas experiencias.
Lo meritorio es que en todas ellas se mostró hasta el momento competitivo, ya sea a bordo de un monoplaza, dando vueltas a los óvalos de la IndyCar o poniendo a prueba su carácter en pruebas de resistencia.
Lejos de acomodarse, ha querido seguir huyendo de su zona de confort hasta llegar más allá del asfalto. Ahora se enfrentará a algo muy grande, una cota que casi nadie de los que han transitado por una senda parecida a la suya se ha atrevido a visitar. Pero la pasión y el amor por un deporte son a veces los mayores enemigos de la razón. Alonso supera, una vez más, sus propios límites.
“El copiloto es más una ayuda de navegación, de saber por dónde ir. Y en las dunas también, por eso digo que Marc es fundamental. Con todos los kilómetros que tiene en ellas va indicándome también aunque yo sea quien conduce y quien está viendo por dónde ir me hace sugerencias realmente útiles”, añadió Alonso.
El objetivo es que ese entendimiento siga en aumento durante la preparación y llegue a su punto álgido cuando todo empiece. “Seguramente haremos una carrera más que está por decidir. También un test más o dos. Y mucha preparación en cuanto a conocer la carrera. Todas las que he afrontado estos años las he intentado estudiar antes para tener las menores sorpresas”.