Remezón en Fabol
Surge un movimiento para que las gestiones de Milton Melgar y David Paniagua en Fabol lleguen a su fin
“Son 14 años de dictadura dirigencial”, dijo el exjugador Joaquín Minina Ardaya al referirse a la Agremiación de Futbolistas de Bolivia (Fabol). Como ocurrió en la política boliviana, un grupo de exdeportistas busca aplicar “el fenómeno pitita para tumbar” a la asociación liderada por Milton Melgar y David Paniagua.
Para los actuales representantes de Fabol, su gestión comenzó en 2018 y concluirá en 2022 porque fueron elegidos por los afiliados.
Mientras, un grupo de exfutbolistas ofreció ayer una conferencia de prensa para hablar de la necesidad de alternabilidad. “Son 14 años sin rendición de cuentas. Pasan presidentes en la Federación Boliviana de Fútbol y en los clubes, pero los dirigentes de Fabol nunca pasan”, resaltó Ardaya, uno de los integrantes del movimiento en el que también están Víctor Hugo Antelo, Óscar Pinedo, Miguel Loayza, Julio César Gutiérrez, Pablo Gutiérrez, Juan Carlos Farah, Armando Ibáñez y un grupo de abogados.
¿Cuál es su estrategia? Según Ardaya, una de sus armas para “tumbar a otro dictador” será la concienciación.
“Queremos concientizar a futbolistas profesionales en ejercicio, en relación a la esclavitud moderna a la que están sometidos. Iremos club por club. Instamos a los futbolistas profesionales a no convertirse en cómplices de la mediocridad latente, sin nuevos protagonistas en la agremiación”, reforzó el excapitán de Tahuichi, en la década de los años 80.
David Paniagua, representante de Fabol, respondió que “gente a la que no representamos nos quieren sacar”.
La iniciativa de este movimiento nació luego de la guerra verbal que se dio entre el secretario general de Fabol, David Paniagua, y el exfutbolista y ahora entrenador Víctor Hugo “Tucho” Antelo. Este último observó el manejo del gremio porque no sumaron a su cuerpo técnico en el pago de los 150 mil dólares que los representantes de Fabol consiguieron, por gestiones ante la FBF, con el fin de cancelar al menos uno de los cinco salarios que la directiva de Sport Boys debe a sus jugadores.