La “U”, a un año de la tragedia

Una reestructuración para volver a la primera división en 2022 es lo que planifica Universitario un año después de haber jugado su último partido en la División Profesional. 

El 19 de diciembre de 2018 la “U” empató 1-1 con Destroyers, en Santa Cruz, y aunque en la tabla acumulada igualaba en puntaje con el Canario, el Tribunal Superior de Disciplina Deportiva (TSDD) le restó tres puntos y lo descendió de categoría.

Cargados de ilusión por el triunfo conseguido una fecha antes sobre Guabirá (2-1) en Sucre, el equipo estudiantil se trasladó a la capital cruceña con la obligación de ganar para salvarse del descenso, ya que igualaba en puntaje con Destroyers en la tabla acumulada (33).

Sin embargo, el miércoles 19 de diciembre la escuadra docta se desayunó un trago amargo cuando el TSDD brindaba una conferencia de prensa en Cochabamba, donde ratificaba la resta de tres puntos a Universitario que había anunciado desde principio de semana por una deuda de 42 mil dólares con el extécnico Oscar Sanz.

Esa sanción colocaba a la “U” en la última posición de la tabla acumulada con 30 puntos, por debajo de Real Potosí (32) y Destroyers (33), sus rivales en la lucha por el descenso de categoría. Estaba obligado a cambiar por triunfo su cotejo contra el Canario para igualarlo en puntaje y forzar a un partido de desempate, ya sea por el descenso directo o indirecto.

Sin embargo, minutos después la Federación Boliviana de Fútbol emitió un comunicado en el que aceptaba la pignoración de los derechos de televisación que el club estudiantil recibiría en 2019, a favor de Sanz para saldar la deuda por salarios devengados, evitando que se haga efectiva la quita de puntos. Claro está, siempre y cuando Universitario se mantenga en primera división.

La plantilla estudiantil dependía de sí misma para mantener su plaza en el fútbol profesional. De ganar, evadirían el descenso, tanto directo como indirecto.

Comenzó ganando el docto con un gol de Adriel Fernández a los 5’, pero el Canario igualó antes del descanso por intermedio de Jefferson Tavares (42’). El resultado no se movió en el complemento y los jugadores de ambos equipos acabaron el encuentro pensando en que habría un partido de desempate (si a la “U” no le restaban los tres puntos).

Fueron horas de incertidumbre en Universitario, que al final nada pudo hacer, el daño ya estaba hecho y perdió su plaza liguera después de 13 años como equipo profesional, en el que obtuvo dos títulos nacionales y clasificó a siete torneos internacionales (tres Libertadores y cuatro Sudamericanas).

Un año después, Universitario falló en su intento de retornar al fútbol profesional en la Copa Simón Bolívar 2019 (quedó eliminado en fase de grupos) y todavía con Bs 1 millón de deudas con su plantilla del año pasado, apunta a reestructurar su equipo para ganar el torneo de la Asociación Chuquisaqueña de Fútbol 2020 y clasificar al torneo de ascenso en 2021. Siendo optimistas, el docto podría volver a la primera división en 2022.

Último plantel

Universitario alineó en su último partido profesional frente a Destroyers a Iván Brun en el arco; Iván Vidaurre, Jorge Cuéllar, Camilo Ríos, Marcos Andia y Carlos Balcera en defensa; Rodrigo Borda, Adriel Fernández, Dustin Maldonado y José Sardón en el mediocampo; y Federico Miño en la delantera. El director técnico era el argentino Adrián Romero.