Vanessa Ríos Pereira
El sueño de llegar al profesionalismo sigue intacto. A sus 12 años, cambió el raquetbol por el squash.
Vanessa Ríos Vanessa Ríos: Ser joven deportista es una etapa muy dificil, debes sacrificar muchas cosas, pero ese sacrificio tiene su recompensa”.
Su rapidez y su concentración hicieron que Vanessa Ríos se convierta en una de las mejores exponentes del squash chuquisaqueño, alimentando su sueño de llegar a ser jugadora profesional. Mientras ella disfrutaba jugando al raquetbol, disciplina con la que logró ser campeona mundial, su entrenador René Cervantes visitaba tierras europeas en donde el squash estaba de moda y decidió trasladarlo a Sucre con la idea de masificar la práctica de la disciplina.
Para la deportista fue amor a primera vista. A sus 12 años le propusieron dejar el raquetbol para jugar al squash, Ríos no la pensó dos veces y se aventuró a intervenir en este novel deporte con el que años más tarde le regalaría a su club Ace Sport y al departamento grandes alegrías en su carrera deportiva. “Es un deporte exigente, requiere de mucha actividad física y mental”, relata.
Los logros deportivos no se dejaron esperar. Alcanzó puestos de privilegio a nivel departamental y nacional hasta convertirse en favorita para participar de los I Juegos Bolivarianos de la Juventud Sucre 2020.
¿Cómo iniciaste en el squash?
Mi entrenador de raquet René Cervantes se fue a Inglaterra y volvió con la noticia del squash; fue él quien dio la idea y con el apoyo de mi familia empecé a jugar.
¿A qué edad pasó eso?
Desde mis cuatro años yo jugaba ráquetbol y fui campeona mundial pero a mis 12 me propusieron jugar squash, la verdad que fue un cambio muy repentino.
¿Cuál fue tu máximo logro?
Bueno son muchos, pero el primero fue especial. Logré medalla de oro siendo mi primer Panamericano en Argentina.
¿Participaste en varios eventos?
Sí, estuve en campeonatos nacionales e internacionales en los que logré muchos títulos y ahora me voy preparando para el Sudamericano y los Juegos Bolivarianos y debo entrenar un montón.
¿Qué tiempo le dedicas al squash?
Dos horas al día, es un deporte que requiere de mucha actividad física y mental en el que debes planear jugadas para poder ganar.
¿Cuál fue tu momento más grato?
Los campeonatos internacionales son una experiencia única, conoces a personas de otros países con los que compartes y realmente es fabuloso. En la cancha somos rivales, pero después todos somos amigos.
¿Y cuál fue el más ingrato?
Las lesiones. Entrené un montón para un campeonato y me lesioné, entonces pensé que todo se fue por la borda. Es frustrante entrenar tanto y que después no puedas cumplir tus objetivos.
¿A quiénes le dedicas tus logros?
A mi familia, en especial a mi papá que falleció hace dos años, pero él era quien me motivaba para seguir en el deporte.
¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Sueño con llegar a los torneos PCA de squash y ser una jugadora profesional.
