Paralímpicos llegan a su fin
Tokio cierra los juegos y París toma el relevo para el 2024
París, que acogerá sus primeros Juegos Paralímpicos dentro de tres años, ya ha tomado el testigo. Justo antes de que se extinguiera la llama paralímpica en Tokio durante la ceremonia de clausura, la alcaldesa de la capital de Francia, Anne Hidalgo, recibió la bandera paralímpica de manos del presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), Andrew Parsons, ayer, domingo.
Esta entrega simbólica del relevo entre Tokio y París por el intermediario del CPI estuvo marcada por una fiesta en la capital gala, que acogerá la 17ª edición de los Paralímpicos en 2024 (28 agosto-8 septiembre).
Cuatro semanas después del final de los Juegos Olímpicos, la ceremonia puso punto y final a los Juegos de Tokio, retrasados un año por la pandemia del covid-19.
“Estos Juegos no han sido solamente históricos, han sido fantásticos”, aseguró Parsons alabando a los “deportistas que batieron los récords y ganaron los corazones”.
Al término de este último día de competición, se han entregado 539 medallas de oro en doce días, 96 de ellas a China, que lideró el medallero como ha sucedido en cada edición desde 2004.
DESPEDIDA DE TOKIO
Entre los miembros de las delegaciones, los trabajadores, los invitados y los medios de comunicación, unas 5.000 personas se congregaron en el estadio, que fue el escenario de un espectáculo variopinto y colorido.
Para despedir los Juegos, se escenificó un desorden organizado en medio de un decorado que evocaba el paisaje urbano de Tokio, “una ciudad donde brillan las diferencias”, según la temática de la ceremonia, a la que no pudo asistir ningún espectador.
La pandemia en Japón ha hecho mella en los espectadores de las sedes paralímpicas y en el primer ministro, Yoshihide Suga, cuya popularidad ha caído en picado, tanto por su gestión de la crisis sanitaria como por su obstinación en la organización de los Juegos.
Por contra, una pequeña multitud asistió a la ceremonia en París en los jardines del Trocadero, frente a la Torre Eiffel, donde hubo un espectáculo en presencia de algunos de los medallistas paralímpicos que ya habían regresado de Tokio.
A la espera del 28 de agosto de 2024, la última palabra desde Tokio fue para Parsons: “Las personas con discapacidad no deberían tener que hacer cosas excepcionales para ser aceptadas”.