Se apaga el motor de Julián
Julián Caballero, el primer copiloto de Oscar Crespo, falleció ayer a la edad de 100 años. Ahora, se reunirá con el “Caballero de las Rutas” para seguir corriendo, pero en el cielo.
Julián Caballero, el primer copiloto de Oscar Crespo, falleció ayer a la edad de 100 años. Ahora, se reunirá con el “Caballero de las Rutas” para seguir corriendo, pero en el cielo.
Caballero, mecánico de profesión, compartió con Oscar Crespo la misma pasión por el automovilismo. Fue su primer copiloto y su acompañante en aquella histórica primera carrera del campeón: La Doble Padilla, en 1959, una de las primeras competencias automovilísticas organizadas en Chuquisaca por el Automóvil Club Boliviano Filial Sucre fuera de los grandes premios.
Al poco tiempo, Oscar Crespo se trasladó a vivir a La Paz, donde continuó su largo camino en el deporte tuerca, eligiendo como copiloto a Arturo “Tulín” Castropinto, quien lo acompañaría por muchos años y compartiría sus éxitos y también sus decepciones.
Sin embargo, la gran amistad de Crespo con Caballero se mantuvo por siempre. Fue el mecánico encargado de revisar los autos del crédito chuquisaqueño cuando este llegaba a Sucre, ya sea en ocasión de los extensos grandes premios o para disputar el circuito que lo honraba con su nombre.
Caballero fue también un activo miembro de las comisiones de organización de competencias automovilísticas, formando parte en muchas ocasiones de la comisión técnica y mecánica de eventos tuercas.
Como mecánico autorizado de Toyota también prestó asistencia a los coches del orureño René Rocha, brindando su taller para la preparación de sus autos cuando las competencias llegaban o se realizaban en Sucre.