Conrrado, el mejor de todos los tiempos
Una carrera –que todavía sigue y va por más– marcada por sudor y lágrimas
Paso a paso, gota a gota, la figura de Conrrado Moscoso se fue gestando, con su familia y su fe como cimientos fundamentales. El ascenso a la cima mundial no es cuestión de casualidad, sino de sacrificio, perseverancia y fidelidad. Así se forjó la carrera del hombre que hoy por hoy es el mejor del raquetbol en toda la faz de la tierra y, seguramente, el deportista boliviano más ganador de todos los tiempos.
Sus medallas internacionales se cuentan como inéditas para el país; sus títulos a nivel nacional –donde lleva más de una década sin derrotas– superan todos los registros. Conrrado ha pulverizado todos los hitos del deporte boliviano, pero todavía hay mucho por conseguir. Ese espíritu de superación le permitió llegar a este sitial de privilegio, al que probablemente pocos puedan alcanzar.
La soledad
Todo sacrificio tiene su recompensa. Y para Conrrado Moscoso, las recompensas llegaron, llegan y llegarán por todo lo que dejó atrás para seguir su exitosa carrera en el raquetbol. Desde las fiestas, viajes o reuniones con amigos en la época escolar, pasando por sus estudios universitarios y el sacrificio económico de su familia.
Conrrado se metió de lleno a este deporte a sus ocho años para nunca más salir. Encerrado, en soledad, forjó su carácter y disciplina, que hoy lo tiene en lo más alto del mundo.
La decisión de papá
Como si se tratara de un ritual establecido en la biblia, a un niño siempre le ponen una pelota por delante de los pies, es la inexorable pasión por el fútbol. Con Conrrado no hubo excepción y el destino parecía estar marcado a usar zapatos con toperoles. Talento tenía.
No fue así por decisión de su padre, un jugador de raquetbol y entrenador en proceso cuando Conrrado tenía ocho años. La decisión fue la mejor y la única. Conrrado papá se enfrascó en esta determinación y no dio marcha atrás, pese al conflicto marital que le llevó a estar casi cinco meses en “ley del hielo” con Karina, la mamá del ahora campeón mundial.
El impulso de mamá
A Karina, la madre de Conrrado, no le parecía la idea de que su esposo decida por su hijo y recién con el paso del tiempo y mientras se llenaba su vitrina de títulos, reconoció y respaldó la elección del camino del raquetbol.
Pese a todo, ella nunca dejó de alentar a su hijo y le dio quizás el empujón que más necesitaba en sus inicios. Ocurrió en una Noche de San Juan, cuando Conrrado rompió una de sus primeras raquetas comprada con todo el sacrificio de la familia. Él estaba aburrido de las derrotas, pero el cachetazo lo levantó para nunca más agachar la cabeza.
Rompió la hegemonía
Conrrado también supo perder y de la peor manera. En sus primeros pasos, solo ganó un punto en un campeonato nacional. Pero de ahí, con sacrificio y mucha perseverancia, llegó a romper la hegemonía de Ricardo “Richi” Monrroy.
“El Richi es el Richi”, murmullaban en el mundo del raquet por la imbatibilidad de este jugador cruceño que marcó una era en este deporte, una era que finalizó Conrrado con una recordada victoria en Cochabamba, que lo llevó a su primer Mundial Open.
Inédito e increíble
Ese impulso de haberle ganado al imbatible de Bolivia convirtió a Conrrado, a sus 18 años, en una fiera que solo fue domada por el estadounidense Rocky Carson, en Canadá 2014, donde el raquetbol vivió un momento histórico.
Nunca antes había llegado un joven de 18 años a una final del Mundial Open, pero Conrrado lo hizo.
Ahí, “empezó la época dorada del raquetbol boliviano”, firma su padre porque los títulos no pararon de llegar, aunque a sus 16 años, Conrrado logró su primer título internacional, en el Panamericano de Temuco (Chile), en 2012.
Insaciable
Así, Conrrado se subió a un tren en el que el combustible no era más que sus gotas de sudor y lágrimas. Se volvió un animal insaciable, sin oponentes en el país y el temor a nivel mundial. Deslumbró en campeonatos panamericanos y mundiales, en juegos panamericanos, bolivarianos, sudamericanos y, ahora, en paradas del Tour Profesional.
Como si se tratara de los videojuegos que tanto le apasionan, Conrrado fue pasando de niveles y si acababa la historia, fue comprando otros retos más. Y, ahora, tras el Mundial de México, el siguiente objetivo es el US Open y ser el número uno del Tour.
La intimidad de Conrra
Como todo campeón mundial, a Conrado Moscoso le queda poco tiempo fuera de las canchas. Los entrenamientos consumen casi todas las horas de su día, pero siempre tiene lo suficiente para cumplir sus gustos.
El día de Conrrado comienza a las 6:00, con su rutina aeróbica. Continúa con el desayuno y un pequeño descanso para entrar al gimnasio, de 9:00 a 10:00. Tiene media hora para una merienda e ingresar por primera vez en el día al complejo del estadio Patria, de 10:30 a 13:00. Este entrenamiento es privado, no lo ve nadie más que su papá y sus hermanos.
La segunda parte de su jornada de trabajo comienza a las 16:00, luego del almuerzo y una acostumbrada siesta. Esta práctica es más abierta y dedicada a ejecutar lo practicado en la mañana, según reveló su papá y entrenador, Luis Conrrado Moscoso Serrudo, cómplice de esta nota. Su noche está dedicada al Cross Fit o a otra sesión de gimnasio. Duerme temprano, es más, no perdona que le despierten o interrumpan su sueño.
Sus hobbys
Amante de los videojuegos y películas, con los que puede estar entretenido en su tiempo libre, encerrado en su habitación junto con su hermano, papas fritas, pipocas y sodas.
Call of Duty es su videojuego preferido.
Alimentación
Cuando se acerca un torneo, Conrrado entra en una dieta rígida y especial, de lunes a sábado y con permiso para romperla los domingos.
Si debe elegir una comida, prefiere la criolla. Sus platos preferidos son el picante de pollo, chicharrón de cerdo y fricasé.
Entre sus gustos también están las pastas y la comida mexicana, especialmente los tacos. Si de comida rápida se trata, elige siempre hamburguesas y pizzas.
Sus mascotas
La más recordada es Samanta, una sharpei que falleció hace algunos años por problemas renales, pero que ahora le acompaña espiritualmente.
En la actualidad, tiene dos huskys hembras, Bonita y Megan, esta última es hija del “novio” de Samanta. También cuida una gata, Didi.
Transporte
Conrrado circula por la capital en su auto propio, del que es muy celoso. No le presta a nadie, aunque su papá sospecha que el abuelo es cómplice de sus caprichos y lo cuida cuando está de viaje.
El outfit del campeón
Colecciona zapatillas. Su papá calcula que tiene al menos 60 pares, algunos para ocasiones especiales. Lo deportivo siempre es preferido. Blue jeans, poleras y, siempre, zapatillas.
Solo para ocasiones especiales utiliza zapatos, camisa, corbata y saco. Puede ser una cita, una cena de aniversario o un matrimonio.
La peluquería, un ritual
Para Conrrado es infalible ir a la peluquería Capelli antes de viajar a un torneo internacional, forma parte de su ritual. Le gusta probar nuevos looks e incluso teñirse el cabello.
Estudios
Los dejó por el deporte y la falta de apoyo para conjugarlos con su carrera deportiva. Congeló la carrera de Ingeniería Comercial, en San Francisco Xavier, al segundo año.
Vida nocturna
Acude a discotecas o a los locales nocturnos de moda. No le gusta salir, prefiere cuidarse. ¿Eventos sociales? Recibe muchas invitaciones y asiste, pero no suele quedarse, salvo sea de algún familiar o amigo muy cercano.