El ala-pívot sucrense que juega en Pichincha y en la Selección
Lleva la 23 en su actual equipo, el Pichincha bicampeón de la Libobasquet, y en la Selección boliviana. Son los colores que el sucrense René Calvo Vidales defiende con orgullo y a los que espera seguir representando en el exterior, a donde pronto quiere llevar su basquetbol.
Lleva la 23 en su actual equipo, el Pichincha bicampeón de la Libobasquet, y en la Selección boliviana. Son los colores que el sucrense René Calvo Vidales defiende con orgullo y a los que espera seguir representando en el exterior, a donde pronto quiere llevar su basquetbol.
El ala-pívot acaba de participar junto al cuadro potosino del Grupo B de la Liga Sudamericana de Basquetbol, en Misiones (Argentina). Calvo no es uno más en el bicampeón nacional, sino el elegido como jugador más valioso o MVP (Most Valuable Player, del inglés) de “la Libo” 2022.
Es un gigante no solo por los 1,93 metros de altura que tiene, sino por la técnica y pulso que adquirió como jugador profesional y la fortaleza de sus tiros, saltos y bloqueos. No por nada en agosto estuvo a una canasta de partir rumbo a Brasil, para fichar por el club Vilanova
El basquetbolista viene a ser la extensión de una familia sucrense con larga tradición deportiva. Sus abuelos Rafael Calvo y Marina Villarroel fundaron el club Dínamo, un clásico del básquet y vóley capitalinos. René es parte de la tercera generación de “los Calvo” y tiene primos y primas que destacan en otros deportes, extendiendo también el legado de sus padres y abuelos.
Calvo dialoga con El Rayo de CORREO DEL SUR justo antes de cruzar la frontera boliviano-argentina y, sobre todo, dice sentirse dichoso por haber tenido el apoyo de su familia para forjar una carrera plaga de éxitos profesionales bajo del aro.
¿Hace cuántos años empezaste a jugar básquet? ¿En qué clubes estuviste?
Desde mis seis años, aproximadamente; empecé en las escuelas municipales, pasé a don Bosco después San Matías, Amistad, y ahora Pichincha.
¿Quiénes te inculcaron a que practiques esto?
Mi familia. Mi abuelo, mis padres, mis tías y tíos. Son ellos quienes me inculcaron a ir por este camino. Y, después de ellos, hay muchas personas y entrenadores que me han dado una mano para poder ser mejor.
¿Convocatorias a selecciones locales y nacionales?
Desde mis 15 años fui convocado a una Selección Nacional. Tengo más de 10 convocatorias a la Verde.
¿Alguna vez te tentaron para jugar en el exterior? ¿Dónde te gustaría jugar? ¿Por qué?
Sí, cuando tenía 17 años tuve la posibilidad de jugar en México y estudiar allí también. Luego en Belice, pero por tema de la pandemia tampoco pude ir. Actualmente, hay posibilidades de ir a Brasil.
Me gustaría jugar fuera y mostrar el nivel que tenemos en Bolivia y que (se sepa que) también hay talento (aquí).
¿Qué sentiste jugando con la camiseta verde de Bolivia?
Representar a tu país es una sensación única, por más que no se tenga apoyo. Cada torneo que representamos al país es lo mejor. Pienso que cada jugador tiene distintos objetivos para ir cumpliendo todos paso a paso, con sacrificio.
¿Qué títulos lograste hasta ahora?
Tengo dos títulos de la Libobasquet con Pichincha. Tengo tres subcampeonatos con el mismo club y un subcampeonato con Amistad. He jugado cinco torneos sudamericanos de clubes, lo que se conoce como Liga Sudamericana.
¿Qué le falta al básquet boliviano para ponerse al nivel internacional?
Lo primero, tener un campeonato largo poder jugar todo el año o 10 meses; tener más ritmo de juego y, segundo, tener el apoyo correspondiente.
¿A qué jugador admiras? ¿Por qué?
Koby Brayan (el mítico escolta de Los Ángeles Lakers, ya retirado) y al boliviano Tony Galarza.
¿Qué se siente ser considerado el MVP de la Libobasquet? ¿Te llamaron?
Es algo muy lindo saber que puedan valorar el trabajo y el sacrificio que cada uno hace para llegar a ser MVP; no es fácil, es puro trabajo y sacrificio y mucho apoyo de mi familia.