Alejandro Zamudio Ramírez, pasión sin fronteras

“Campeón de judo vende sándwiches”, “Alejandro Zamudio vende hamburguesas para competir en el Panamericano de Judo”, “Judoca Zamudio, obligado a vender sándwiches para viajar a torneo internacional”, fueron los titulares de algunos diarios nacionales para referirse al destacado judoca capitalino Alejandro Zamudio, quien hizo hasta lo imposible para representar a Bolivia en un certamen internacional.

Con esfuerzo y arduas jornadas de entrenamiento, el atleta se ganó el derecho de representar al país en los Juegos Sudamericanos de Asunción 2022 y, en su afán de llegar en óptimas condiciones a ese evento, decidió competir en el Open Panamericano de Judo Lima 2022, pero no estaba con presupuesto para el efecto.

Fue su desesperación por reunir los recursos la que lo motivó a improvisar un puesto de venta de sándwiches con un letrero que decía “compre sándwich de pollo y ayude a un deportista a viajar para competir y representar su país”.

Su iniciativa se hizo viral en las redes sociales y la población capitalina respondió al llamado del atleta para consumir su producto y desearle éxito en su carrera deportiva.

Esa muestra de apoyo y cariño sorprendió al judoca y estudiante de Medicina; incluso, autoridades del deporte nacional y local recibieron un “jalón de orejas” y después se le acercaron para hacerle llegar su colaboración, tal como debería ser.

Zamudio sobresale en su disciplina. Le regaló varias alegrías a Chuquisaca y afirma que lo seguirá haciendo, porque dentro de sus metas está obtener medallas en un lapso de ocho años que el mismo se dio para cumplir el objetivo y llegar a los Juegos Olímpicos.

Por lo visto no escatimará esfuerzos, más aún si de defender la tricolor se trata.

¿Cómo te involucras en el judo?

Fue una decisión de varios compañeros, a invitación de uno de ellos. Empecé a los 13 años y anteriormente yo ya practicaba natación, ajedrez, fútbol y básquet, aunque no me quedaba mucho tiempo en esos deportes.

¿Qué te convenció del judo?

Al comienzo era una diversión con mis amigos de colegio, pero de a poco a mí me fue atrapando la disciplina que se impartía y la competencia que había. Así que me quedé.

¿Destacaste de entrada? 

Comencé bien porque a finales de ese mismo año participé en torneos nacionales, aunque fue algo trágico porque en mi primer campeonato me fracturé mi clavícula.

¿No pensaste dejarlo tras ese accidente?

No, mi entrenador Juan Pablo Guzmán siempre me animó para seguir y el judo me gustaba bastante como para dejarlo por una fractura.

Y los primeros logros ¿tardaron? 

Sí, a mis 16 años mi mejor logro fue un tercer lugar, hasta que en 2018 logré el primer lugar y a partir de ahí le puse más seriedad y llegaron más alegrías con dos títulos en la Juvenil -55 kilos y uno este año, en la categoría Absolutos -60 kilos.

¿Y en torneos internacionales? 

El 2021 fue a un clasificatorio a Cal (Colombia) y este año estuve en Lima y Asunción.

¿Cómo cambió tu vida con la venta de sándwiches? 

Me cambió para bien porque me di cuenta que siempre hay gente que te quiere apoyar y estoy muy agradecido por todo ese apoyo.

¿Qué se viene para ti en 2023? 

Están los Panamericanos de Chile y tengo planeado asistir a cuatro clasificatorios para llegar a ese evento.

También me propuse a mí mismo darme ocho años para “sacarme el jugo” en el judo y llegar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Si me va bien seguiré unos dos años más, pero si es que no, lo dejo ahí y me enfocaré en mi profesión de médico.

¿Quieres agradecer a alguien?

Sí, a mi madre, que es mi apoyo en todo momento. Es la que corre con los gastos y nunca me dice que no para mi preparación. También a mi hermano, que entrena conmigo y es como mi sparring y siempre me ha estado ayudando. A mis entrenadores y todos los bolivianos que me hacen sentir su apoyo.