El trofeo, los aficionados y los equipos llegan a Qatar a una semana del Mundial

A una semana del inicio de la Copa del Mundo 2022, el trofeo regresó ayer, domingo, a Qatar, mientras los equipos y los aficionados comenzaban a llegar a la capital Doha, antes de uno de los torneos más controvertidos de todos los tiempos.

Tras una gira mundial de seis meses a través de medio centenar de países, la copa, que será levantada por el campeón el 18 de diciembre, llegó al emirato ayer por la mañana, a siete días del partido inaugural, que opondrá a Qatar y Ecuador el 20 de noviembre. 

Los llamados de la FIFA para “concentrarse” en el fútbol se enfrentan de todas maneras a las críticas europeas sobre el tratamiento reservado a los trabajadores migrantes, a las mujeres y a la comunidad LGBT+.

El equipo estadounidense llegó a la isla artificial The Pearl (La Perla) estos últimos días y Australia aterrizó anoche.

MESSI, NEYMAR Y MBAPPÉ EN EL TERRENO 

Consecuencia del aplazamiento del torneo al otoño boreal para aprovechar temperaturas más clementes, los grandes campeonatos europeos tenían todavía partidos este fin de semana y muchas estrellas estaban sobre el terreno con la camiseta de sus clubes.  

El argentino Lionel Messi, el brasileño Neymar y el francés Kylian Mbappé estaban en el 11 titular del PSG el domingo en la goleada (5-0) al Auxerre en Ligue 1.

GUERRA DE PALABRAS 

En Doha, en un comercio oficial de recuerdos, los clientes son a menudo europeos y están interesados en el balón del torneo y su mascota La’eeb, cuentan sus empleados. 

Trabajadores migrantes del sur de Asia compraron miles de camisetas de Brasil y Argentina y las llevan puestas desde hace días.

Mientras los medios europeos y qataríes continúan su guerra de palabras sobre la legitimidad del rico emirato petrolífero para albergar el Mundial. Un diario británico informó ayer que muchos aficionados pensaban que los indios de Qatar habían sido “pagados” para participar en marchas animando a Argentina y Brasil.

El diario qatarí en lengua árabe Al-Sharq respondió que la campaña anti-Qatar “confirma la arrogancia de algunos países occidentales que piensan que organizar la Copa del Mundo debe seguir siendo su monopolio”. 

Para el diario Al Raya, “el ambiente entusiasta y festivo de estas multitudes de aficionados de fútbol de diferentes nacionalidades (...) muestra el fracaso de las campañas de difamación lideradas por algunos medios y políticos occidentales”.