Familia cuatricentenaria

Cuando fray Diego de Ocaña llegó a La Plata, con el propósito de pintar la imagen de la Virgen de Guadalupe, se alojó en la casa de Juan de Larreátegui.

Cuando fray Diego de Ocaña llegó a La Plata, con el propósito de pintar la imagen de la Virgen de Guadalupe, se alojó en la casa de Juan de Larreátegui. ]

Cuando fray Diego de Ocaña llegó a La Plata, con el propósito de pintar la imagen de la Virgen de Guadalupe, se alojó en la casa de Juan de Larreátegui. ] Foto: Cedida

Anahí Rosario Arandia Davezies, Hija de Ciro Arandia Falón y Rosario Davezies Tejerina

Anahí Rosario Arandia Davezies, Hija de Ciro Arandia Falón y Rosario Davezies Tejerina Foto: Cedida

Antonio López de Quiroga

Antonio López de Quiroga Foto: Cedida

Don Armando Napoleón Davezies Prudencio, hijo de Don Samuel Davezies Ponce de León y de Doña María Prudencio Candi

Don Armando Napoleón Davezies Prudencio, hijo de Don Samuel Davezies Ponce de León y de Doña María Prudencio Candi Foto: Cedida

Don Francisco Cabero Romero y su hijo Carlos Cabero Vacaflor

Don Francisco Cabero Romero y su hijo Carlos Cabero Vacaflor Foto: Cedida

María Prudencio Candi de Davezies, hija de Don Hilarión Prudencio Frías y de Doña Vicenta Candi Frías

María Prudencio Candi de Davezies, hija de Don Hilarión Prudencio Frías y de Doña Vicenta Candi Frías Foto: Cedida

Máxima Tejerina Cabero de Davezies, hija de Don Máximo Tejerina Ruiz y de Doña Francisca Cabero Vacaflor

Máxima Tejerina Cabero de Davezies, hija de Don Máximo Tejerina Ruiz y de Doña Francisca Cabero Vacaflor Foto: Cedida

Rosario Davezies Tejerina, hija de Don Armando Napoleón Davezies Prudencio y Doña Máxima Tejerina Cabero

Rosario Davezies Tejerina, hija de Don Armando Napoleón Davezies Prudencio y Doña Máxima Tejerina Cabero Foto: Cedida

Samuel Davezies Ponce de León, hijo de Don Louis Davezies y de Doña Peregrina Ponce de León Udaeta

Samuel Davezies Ponce de León, hijo de Don Louis Davezies y de Doña Peregrina Ponce de León Udaeta Foto: Cedida


    Evelyn Campos López ECOS
    Deporte / 17/01/2023 03:50

    Cuando fray Diego de Ocaña llegó a La Plata, con el propósito de pintar la imagen de la Virgen de Guadalupe, se alojó en la casa de Juan de Larreátegui. Más de 400 años después, uno de sus descendientes, Gabriel Campos Arandia, maestro de capilla de la Catedral Metropolitana de Sucre, reivindica no solo a ese antepasado, sino a todo un árbol genealógico que arranca con Antoine Davezies, de la corte de Luis XIV de Francia.

    El predicador, periodista y empresario jamaicano Marcus Garvey solía decir en sus prédicas: “Un pueblo sin el conocimiento de su pasado histórico, origen y cultura es como un árbol sin raíces”. 

    Según el sociólogo Ramón Pérez, se conoce a la genealogía como historia familiar. Es el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una persona o familia.  

    Familia Davezies Tejerina 

    Gabriel piensa que la existencia de un ser humano es perfecta. Dice que para nacer se necesitan dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos y 16 tatarabuelos, sin ir más lejos.  

    Sin lugar a dudas, el hecho de nacer en el seno de una familia conservadora de Sucre le motivó a indagar para conocer más sobre sus raíces, orígenes e historia familiar. 

    Relata a ECOS que la ascendencia de la familia Davezies Tejerina es muy extensa. En esta oportunidad hará una referencia parcial de su genealogía de la rama materna.  

    Su abuelita es Rosario Davezies Tejerina; su mamá, Anahí Arandia Davezies; su papá, Ángel Campos Ustárez y Gabriel es hijo único. Aclara que la historia de la familia Davezies Tejerina termina con sus abuelos… 

    Origen de la familia Davezies 

    Explica que, en el mundo, toda la familia Davezies desciende de Antoine Davezies, guardián de las joyas del rey Luis XIV de Francia. Cuando vinieron a lo que hoy es Bolivia, primero se establecieron en Cala Cala, Cochabamba, y se unieron con la familia Ponce de León. Luego llegaron a Sucre donde Máxima Tejerina Cabero se casó con Armando Davezies Prudencio. 

    Desde que tiene uso de razón, Gabriel escuchó hablar a su abuela, Rosario Davezies Tejerina, con mucha admiración y respeto sobre sus progenitores: Armando Napoleón Davezies Prudencio y Máxima Tejerina Cabero quienes vivieron en la calle Bolívar con sus ocho hijos. 

    Según la investigación genealógica que hizo de su familia, sus antepasados, los hermanos Gerónimo y Francisco Ortiz Gallo de Escalada, se establecieron en estas tierras en el siglo XVI y fueron parte de los primeros pobladores de lo que ahora es Sucre. 

    Campos menciona a personajes destacados de la historia y son parte de su genealogía: El capitán José Fadrique de Toledo y Pimentel Fernández y Tejada, natural y vecino de la ciudad de La Plata entre el siglo XVI, XVII y XVIII, hijo legítimo de don Francisco de Toledo Pimentel de Saldaña, alcalde de la Santa Hermandad de La Plata y de doña Lorenza Fernández de Tejada y Carrillo. 

    Obtuvo el rango de maestre de campo con rango militar. Fue benefactor y síndico del Convento San Francisco de la ciudad de La Plata; es decir, ayudó con la construcción de retablos en ese templo. Asimismo, ocupó el cargo de alcalde ordinario de La Plata. 

    Contrajo matrimonio con María Petrolina Caro de Contreras. Tuvieron cinco hijos: una de ellas fue Juana Josepha de la Corona Toledo y Pimentel Fernández Caro de Contreras, todos descendientes de García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, que fue inicialmente segundo Conde de Alba de Tormes y luego primer Duque de Alba de Tormes, títulos nobiliarios hereditarios otorgados por el Rey Enrique IV de Castilla. 

    Fue una de las familias rastreables más antiguas e importantes de la nobleza europea, cuya descendencia llegó hasta la ciudad de La Plata (hoy Sucre) en la rama Davezies Ponce de León. 

    El general Joseph Gabriel Antonio de Larreátegui de las Heras, natural de Lima y vecino de la ciudad de La Plata, fue hijo legítimo del general Gabriel Antonio de Larreátegui Artunduaga, tesorero de las reales cajas en Lima y de doña Micaela de las Heras Perecochera.

    Estudió Filosofía y Letras en el colegio San Martín de Lima. El virrey le otorgó una beca súper numeraria en el colegio mayor de San Felipe, ocupó el cargo de corregidor en Chayanta, Potosí, y fue alcalde ordinario en La Plata. 

    Contrajo matrimonio en Lima con Luisa Antonia Pérez de Anuncita Montoya Salazar, la mayorazga, hermana del primer Conde de Casa Fuerte, José de Montoya Salazar, quien bajo testamento otorgado en La Plata ante el escribano José Manuel Montecinos, declaró como sus bienes a la hacienda Tejamolinos cita en la doctrina de Huaycoma, la hacienda Llimpi Katalla en la ciudad de La Plata y una casa principal de la calle de la Carnicería (hoy calle España). Además de la casa de sus padres en Lima, tenía platería, alhajas, mobiliario y esclavos. 

    Tuvieron nueves hijos. Una de ellas fue Rosa Larreátegui y Montoya que nació en la hacienda Tejamolinos el 30 de agosto de 1760. Contrajo matrimonio en 1778 con Juan José Gil Rodríguez regidor del Cabildo de La Plata, nacido en Buenos Aires. 

    De esta rama desciende María Mercedes Gil de Larreátegui, que contrajo matrimonio con Joaquín Bernardo Prudencio Pérez y Ortega, fue alcalde ordinario del primer voto de la Real Audiencia de La Plata. 

    Familia Prudencio 

    Sumergiéndonos en la descendencia de los Prudencio, destaca Francisco Prudencio Gil de Larreátegui que fue propietario de la hacienda Cantu Ñucchu, paraje cercano a Sucre sobre el río Cachimayu, desde la cual el general Antonio José de Sucre dirigió su célebre mensaje a la nación, antes de marcharse definitivamente del país. 

    Como prueba de ello está el libro “Figuras del pasado” del escritor médico, poeta, filántropo y geógrafo boliviano Jaime Mendoza, en el que presenta varios datos que confirman que el Mariscal sí estuvo en esa hacienda. Los datos están entre las páginas 128 y133, además de una fotografía de las habitaciones donde se hospedaba Sucre.

    Cuando el Mariscal visitaba Cantu Ñucchu, la hacienda era de propiedad de los hermanos Prudencio Frías, hijos de Francisco Prudencio y Francisca Tomasa Amatller, hermana del presidente Tomás Francisco Frías Amatller. Ellos, en 1865, vendieron la hacienda al presidente Gregorio Pacheco Leyes. 

    El otro hermano, Hilarión Prudencio Frías, procreó con Vicenta Candi Frías a la tatarabuela de Gabriel: María Prudencio Candi de Davezies, esposa de su tatarabuelo Samuel Davezies Ponce de León. 

    Antonio López de Quiroga 

    Pasamos a otra rama familiar. En el siglo XVII Antonio López de Quiroga, natural de España, fue un acaudalado minero metalúrgico, empresario y agricultor, conocido como el más rico y famoso de la Villa Imperial.  

    Fue benefactor de la iglesia San Francisco, el Museo de la Casa de Moneda guarda un retrato de este ilustre personaje montado a caballo, en cuya tarja dice: Fundador de la iglesia y convento de San Francisco de Potosí, el maestre de campo don Antonio López de Quiroga, año de 1660. Dio 21 millones de quintos, tal como consta en la real caja de la Villa de Potosí. 

     Contrajo matrimonio con Felipa de Mena Boveda. Según su testamento, poseía al menos diez estancias y haciendas de viñas en la provincia de Cinti, destacándose la viña y hacienda de San Pedro Márquez. 

    Por otra parte, el predominio de la familia Cabero en el valle del Río Chico fue muy notoria, llegó a dominar la vitivinicultura de Cinti. Vivían en La Plata donde tenían grandes residencias como la antigua casona de la calle Bolívar esquina Azurduy, que hasta 2010 perteneció a los descendientes de los Cabero, de la rama Rück Uriburu. 

    El patriarca de los Cabero fue el sargento mayor caballero 24 de Tarija y alcalde ordinario, Clemente Cabero, en el siglo XVIII. Estaba casado con Petrona Salinas Tejerina, hija de Lorenzo Salinas y María Tejerina, “quienes fueron los primeros y principales vecinos de la Villa de San Bernardo de Tarija”, según expresan en la limpieza de sangre presentada por Eduardo Cabero Yáñez a la Real Academia Carolina. 

    En ese mismo documento se menciona “que todos los parientes de Eduardo Cabero son y han sido españoles nobles y limpios de toda mala raza, que ninguno de ellos ejerció oficios viles ni mecánicos que puedan deslustrar su prosapia”. Así expresa el genealogista, Sergio Gutiérrez Elliot en su publicación “Los Cabero”. 

    La rama Cabero Romero y Cabero Vacaflor conservó hasta inicios del siglo XX muchas de sus propiedades: la hacienda El Patronato, la Palca Chica, La Plateada, finca y estancia La Torre de Camataquí, estancia Las Chapeadas y viñedos La Torre de San Juan, entre otras. 

    Manuel Eusebio Ruiz 

    En otra línea, Manuel Eusebio Ruiz fue doctor de la Real Universidad San Francisco Xavier, nació en Chuquisaca, la noche del 25 de mayo de 1809 fue nombrado mano derecha del comandante general de armas, Juan Antonio Álvarez de Arenales y marchó a Potosí junto con Bernardo Monteagudo a esparcir la semilla de la libertad. 

    Durante la guerra de 15 años, cumplió una carrera militar y consiguió el grado de teniente coronel de los Húsares en las filas realistas, junto al general Francisco López. Hizo el último pronunciamiento de Chuquisaca frente a la fuerzas de Barbaduejo el 22 de febrero de 1825. 

    Ese mismo año fue asesor e intendente de Charcas, en 1834 fue comandante general, en 1839 le nombraron ministro de Guerra y en 1840 fungió como comandante general de Potosí.  

    Tuvo dos hijos con Melchora Vacaflor Zerain, descendiente de importantes familias antiguas, como Arraya de Gorosurueta y Urrutia; Rodríguez de Valdivieso; Tejerina de Villafañe y Paredes, López Zerain; López Nieto de la Sierra; Leytón de Fonceca y Vilela, entre otras. 

    De estas familias desciende el tatarabuelo de Gabriel, Máximo Tejerina Ruiz, empresario y propietario del exHotel 25 de Mayo, ubicado frente a la plaza de armas de Sucre; dueño de “La Chuquisaqueña”, fábrica de bebidas, aguas, gaseosas y cordiales; titular del Restaurante Americano y Salón de Billares; propietario de la casa quinta ubicada en la calle Bolívar, entre Azurduy y La Paz; dueño del Hotel London; de las haciendas Peras Pampa, Bella Vista y El Patronato y empresario de la fábrica de vinos, singanis, licores y jarabes de Cinti. 

    Máximo Tejerina Ruiz fue esposo de Francisca Cabero Vacaflor, tatarabuela de Gabriel, quienes fueron padres de su bisabuela, Máxima Tejerina Cabero.  

    Virgen de Guadalupe 

    Entre los grandes personajes de la antigua ciudad de La Plata destaca Juan Larreátegui, maestro, deán de la Catedral, comisario del Santo Oficio de la Inquisición y de la Santa Cruzada, que antes de su ordenación sacerdotal tuvo una hija con doña Mariana de Rentería, llamada Francisca de Rentería quien contrajo nupcias con Bartolomé de Saldaña y Cuba, caballero 24, procurador general, regidor perpetuo y alcalde ordinario de La Plata. 

    De ese matrimonio nació Catalina de Saldaña y Rentería, se casó con Antonio de Toledo y Pimentel, quienes fueron abuelos del capitán Fabrique de Toledo y Pimentel, de quien se habló más antes. 

    A inicios del siglo XVII, cuando fray Diego de Ocaña se estableció en Potosí, tras realizar un viaje por América del Sur difundiendo la devoción por la imagen de la Virgen de Guadalupe, se encontró con el entonces arzobispo Alonzo Ramírez de Vergara, quien le pidió visitar la ciudad de La Plata para pintar la imagen de Guadalupe. 

    Así, fray Diego de Ocaña se hospedó en la casa del deán Juan de Larreátegui y se puso a pintar con mucho temor la imagen, pues era la primera vez que lo hacía, no sabía usar óleos. Se dice que la Virgen lo iluminó y así pintó una bella efigie. 

    Además colaboró saliendo a las calles para pedir y recolectar entre los ciudadanos joyas para adornar la figura de Guadalupe y la gente, por devoción, se desprendía desinteresadamente de sus alhajas sin reparos. 

    Gabriel y su familia consiguieron toda esta información indagando sobre su genealogía en el Archivo y Biblioteca Arquidiocesanos Monseñor Miguel de los Santos Taborga. Ahí están todas las actas de matrimonio, nacimiento y defunción de las familias de los departamentos de Sucre, Potosí, Cochabamba y Oruro. 

    Además, consiguieron gran parte de la información en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), en el Archivo General de Indias de Sevilla, España, en libros de Juan Isidro Quesada, Marina Zilveti de La Reza, Jaime Mendoza y Joaquín Gantier Valda.  

    “Tengo muchos parientes que no tienen ni idea de esto y, si no se escribe, se pierde la historia. Por eso es importante la genealogía para todos. Todos pueden averiguar su genealogía. Es importante conectar raíces para entender quienes vivían en Sucre, cómo se administraba la ciudad y cómo se extendían las familias”, concluye Gabriel •

     

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