Champions: Real y City dan espectáculo
Dos bellos goles a la altura del partido más vistoso del planeta fútbol, marcados por Vinicius en el primer acto y De Bruyne en el segundo (1-1)
Dos bellos goles a la altura del partido más vistoso del planeta fútbol, marcados por Vinicius en el primer acto y De Bruyne en el segundo (1-1), dejaron para el Etihad la resolución de una semifinal de Liga de Campeones en la que Real Madrid reaccionó con poderío a sus momentos de sufrimiento y el Manchester City alejó fantasmas que reaparecieron tras un ejercicio de brillantez.
Solo desde el dominio de la competición, el carácter competitivo, la resilencia y la capacidad de sufrimiento única del Real Madrid en la Champions se puede explicar su triunfo al descanso tras ser sometido y sobrevivir a 25 minutos de exhibición futbolística del City en el Santiago Bernabéu.
Del silencio absoluto en el Bernabéu se pasó a euforia por un error de Rodri. Un pase atrás mal medido, la aparición de Vinícius, el pase de la muerte y Stones salvando el gol de Benzema a puerta vacía. Se había pulsado el botón de encendido. El City lo sintió. El Real Madrid dio el paso al frente esperado y tras una carrera larga de Valverde con centro medido a Karim sin remate del francés de primera, apareció Vinícius para desequilibrar (1-0, a los 36’).
El Real Madrid había sobrevivido a una buena dosis de sufrimiento para voltear el rumbo de un partido que entraba en su terreno. En su mano ir por el rival para buscar una ventaja mayor o defender con intensidad el triunfo en un segundo acto en el que recuperó su verdadera identidad. Y aceptó el intercambio de golpes que le propuso un City en el que emergió la figura de De Bruyne.
Y los papeles interpretados en el primer acto se cambiaron. Cuando mejor estaba el Real Madrid, que encontró la forma de hacer daño a la presión a la primera línea del rival.
De una anticipación de Rodri a Rodrygo a un innecesario pase al centro en inicio de jugada de Camavinga, nació el empate. De Bruyne emulando a Vinícius, enganchó un disparo seco imposible hasta para Courtois (1-1, a los 67’). El segundo golazo para aumentar la belleza del pulso más bonito de Europa.
Ya no hubo más noticias de Haaland, que rebajó su poderío en un día clave, ni del City sin cambios de Guardiola. Los recuerdos del pasado se impusieron al hambre del presente.