El Inter derrota al Milan en el primer duelo de italianos
Con una autoridad y una solvencia abrumadora, el Inter atropelló al Milan (0-2) con una primera parte de dominio absoluto y una segunda mitad de gestión inteligente que le acercaron a su reencuentro con la gloria
Con una autoridad y una solvencia abrumadora, el Inter atropelló al Milan (0-2) con una primera parte de dominio absoluto y una segunda mitad de gestión inteligente que le acercaron a su reencuentro con la gloria, representado una final de Liga de Campeones a la que no accede desde que levantara la “orejona” en 2010 y que tiene a 90 minutos.
El Inter dominó el partido y jugó con desparpajo un duelo que va mucho más allá en la ciudad de Milán. Saltó a un estadio que conoce a la perfección pero que estaba vestido con los colores del máximo rival. No le importó. Se sintió en casa igualmente. Jugó como si hubiera disputado unas semifinales estas últimas cinco temporadas y convirtió lo que se presentaba como una eliminatoria igualada en un baño futbolístico, especialmente en la primera mitad.
Y es que tan solo ocho minutos tardó Dzeko en abrir el marcador. Asentado como delantero titular en las grandes citas, el bosnio volvió a responder a su técnico, esta vez con un remate casi acrobático en un saque de esquina con el que silenció la mayor parte de San Siro.
El tempranero golpe mareó a un Milan que no había conseguido entrar en el partido y que sin Leao perdió su referente en la ofensiva. Y el Inter no desaprovechó la ocasión para hacer más daño. Fue el turno de Mkhitaryan para, desde segunda línea, aprovechando el pase de Dimarco que dejó pasar Lautaro, colarse con facilidad en el área ante la mirada de la inoperante zaga milanesa para definir desde dentro del área y poner tierra de por medio en 12 minutos.
La ventaja en el marcador hizo que el Inter, poco a poco, fuera bajando el ritmo. Pero el dominio era el mismo. Al Inter no le costaba llegar al área y el Milan necesitaba un milagro para superar líneas con claridad.
El primero de los dos episodios que tendrá lugar en el mítico San Siro tuvo un dueño claro, un Inter que inclinó sobremanera la balanza y presentó candidatura con argumentos más que suficientes para acceder a la final de la Champins. El Milan se aferra a la épica y a la historia de su camiseta para obrar el milagro y rubricar una remontada que, visto lo visto, se antoja algo más que complicada.