
Luis Rubiales, inhabilitado durante 90 días por la FIFA como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), anunció ayer, domingo, que renuncia a su cargo después del conflicto suscitado por sus actos tras la final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, cuando se tocó los genitales en el palco y dio un beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso en la entrega de medallas.
En un comunicado publicado en su cuenta de la red X (antes Twitter), Rubiales anunció que comunicó al presidente interino de la RFEF, Pedro Rocha, su “renuncia al cargo”, así como le informó de que hizo lo propio con su cargo en la UEFA para que su puesto como vicepresidente sea reemplazado.
El dirigente señaló que ante “la veloz suspensión” provisional por parte de la FIFA durante 90 días y los demás procedimientos abiertos contra él, entendió que “es evidente” que no podrá volver a su cargo, por lo que “insistir” en quedarse “a la espera” y aferrarse al cargo no contribuirá “a nada positivo” ni a la propia RFEF “ni al fútbol español”.
Además de este comunicado, Rubiales también anunció su dimisión en una entrevista con el periodista británico Piers Morgan en su programa “Piers Morgan Uncensored”, en la que dijo que no podía continuar con su trabajo.
Rubiales, de 46 años, deja la RFEF después de cinco años convulsos por lo acaecido tras la final del Mundial femenino y tras asegurar en la última Asamblea General Extraordinaria del día 25 de agosto que no iba a dimitir, tras la cual fue inhabilitado por la FIFA, lo que motivó inicialmente que Pedro Rocha se convirtiera en presidente interino.
La renuncia de Luis Rubiales abre la puerta a la celebración de elecciones para elegir un nuevo responsable de la RFEF hasta que finalice su mandato en 2024. Así lo estipula el artículo 31.7 de los Estatutos de la RFEF tras la apertura de un expediente por posible incumplimiento de su Código Ético durante la final del Mundial femenino el 20 de agosto.
Candidatura al 2030
La candidatura al Mundial 2030 respira con la dimisión de Luis Rubiales. La desaparición del mapa del que ha sido máximo mandatario del fútbol español entre la primavera de 2018 y ayer, da una vida extra a un proyecto que había quedado claramente tocado por todo lo vivido después de la final del Mundial Femenino.
En enero o febrero la FIFA tiene que validar las candidaturas que pelearán finalmente por organizar el Mundial 2030. En ese momento, la Federación debe tener un presidente elegido, que sería Pedro Rocha si es ratificado por la Asamblea. La figura de la Gestora, que algunos reclamaron para salir adelante, solo puede aparecer cuando se inicie el proceso electoral.
FIFA no contempla en sus hojas de ruta que una candidata al Mundial carezca de presidente, porque parece lógico que eso roza lo absurdo. Pero en el caso de darse está claro que ese país sería borrado de manera inmediata del camino.
España, junto a Portugal y Marruecos, alistan su candidatura al Mundial de 2030.
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