Diez años del histórico 7-1 de Alemania a Brasil

Lo que se preveía como un igualado duelo en busca de una plaza en la final de Río de Janeiro, se convirtió en una devastadora afrenta para el orgullo de Brasil

El defensa David Luiz, aquel día capitán de Brasil por la sanción de Thiago Silva, no pudo contener las lágrimas mientras Alemania pasaba a la final que ganaría ante Argentina. El defensa David Luiz, aquel día capitán de Brasil por la sanción de Thiago Silva, no pudo contener las lágrimas mientras Alemania pasaba a la final que ganaría ante Argentina. Foto: Rtve

Berlín/EFE
Deporte / 08/07/2024 11:37

El 8 de julio de 2014, hace justo este lunes diez años, tuvo lugar uno de los partidos más impactantes en la historia del fútbol mundial: el 7-1 de Alemania frente a Brasil en las semifinales del Mundial en el que la 'Canarinha' era anfitrión.

El Estádio Mineirão de Belo Horizonte fue testigo de un duelo que dejaría una profunda huella comparable al célebre 'Maracanazo' que la propia 'verde-amarela' experimentó en sus carnes en la otra Copa del Mundo que albergó el país sudamericano en 1950. De ahí a que la derrota también reciba el nombre de 'Mineirazo'. 

Lo que se preveía como un igualado duelo en busca de una plaza en la final de Río de Janeiro, se convirtió en una devastadora afrenta para el orgullo de Brasil. 

A la media hora de juego, el panorama no podía ser más elocuente: 5-0 tras los tantos anotados por Thomas Müller, Miroslav Klose, Toni Kroos por partida doble, y Sami Khedira. Las imágenes de los pasionales aficionados brasileños desolados y llorando en las gradas eran un reflejo de lo que acontecía en el terreno de juego.

La segunda mitad, en la que Alemania levantó el pie del acelerador, dejó dos goles alemanes más, marcados por André Schürrle. Oscar cerró el luminoso del encuentro con el único tanto brasileño.

Klose, además, despojó a un mito brasileño, Ronaldo Nazário, del récord de goles mundialistas, dejando la marca en 16 tantos.

El defensa David Luiz, aquel día capitán de Brasil por la sanción de Thiago Silva, no pudo contener las lágrimas mientras Alemania pasaba a la final que ganaría ante Argentina.

El seleccionador alemán de entonces, Joachim Löw, ha recordado en un artículo escrito en la web de la Federación Alemana que "cuando los brasileños entraron al estadio de Belo Horizonte y cuando sonó su himno, el ambiente era gigantesco, ferviente, ruidoso, vehemente". 

"Todo salió bien en este juego. Brasil tuvo un impulso increíble en los primeros minutos, pero eso no fue sorprendente. Sabíamos que teníamos que superar los primeros cinco o diez minutos de alguna manera. Queríamos utilizar el poder y el empuje de los brasileños a nuestro favor", señaló el entrenador.

Tras el 1-0, según Löw, "Brasil simplemente siguió adelante, avanzando ciegamente", y el 2-0,el 3-0 y el 4-0 "fueron exactamente las mismas situaciones" que habían observado y mostrado previamente a los jugadores.

 "Los goles dos, tres, cuatro y cinco llegaron en seis minutos, fue irreal, increíble", apostilló.

Pese a la abrumadora ventaja al descanso, Löw aseguró que amenazó a los jugadores al descanso, reclamándoles que si no seguían jugando "en serio", no jugarían la final. 

"Había dos aspectos: el respeto al oponente y a la gran nación futbolística de Brasil, no quería ver obras de arte ni actividades para la galería. Respeto no sólo a la tradición, sino también al presente y a nuestra situación. El 4-4 contra Suecia -duelo de clasificación para el Mundial de Brasil- todavía me afectaba. Contra Suecia encajamos cuatro goles en 30 minutos. Y ahora estábamos jugando contra Brasil en Brasil", recalcó.

Según Löw, "después del partido no hubo soberbia, sólo respeto, decencia y empatía". 

"Recordé el Mundial de 2006. Sabíamos lo que era perder una semifinal de un Mundial en tu propio país.  Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger, Per Mertesacker, Lukas Podolski y Miro Klose estuvieron en el campo en 2006 contra Italia en Dortmund y sabían lo duro que es cuando un sueño muere", profundizó.

Löw explicó que el viaje de regreso a Campo Bahía esa noche fue una de las experiencias "más hermosas" de su vida, dado que la reacción de los brasileños fue "inimaginable".

"Allí estaban mujeres, niños y hombres. ¿Y qué hicieron estos que acababan de sufrir un duro golpe con la derrota por 7-1? No hubo hostilidad ni agresividad: fuimos celebrados", rememoró.

"Admito que esperaba algo diferente. Esperaba rabia y rabia, y podía entenderlo. Después de todo, acabábamos de infligir probablemente a los brasileños la mayor derrota de su historia, y no podría haber culpado a nadie por los abucheos y silbidos. Hoy lamento esta valoración. Esta reacción de los brasileños me conmovió y conmovió profundamente", detalló.

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