Yamal desenmascara a la Francia de Mbappé y España avanza a la final

Un partido para el recuerdo de Lamine Yamal con 16 años y 362 días impulsó el carácter ganador de una generación española hambrienta de gloria, remontando con un gol (21’) de récord extendido por Dani Olmo (25’) en cuatro minutos de furia el tanto de Kolo Muani (8’), el día de la resurrección esperada de Kylian Mbappé con una Francia desenmascarada que recuperó tarde la valentía.

Nada arrebatará a España la convicción de haber encontrado un camino. El retoque adecuado a un estilo que debía evolucionar tras tocar fondo en el último Mundial. La ilusión representada en jóvenes valores que compiten con grandeza e iluminan de optimismo grandes retos. Una Eurocopa repleta de buenas sensaciones con dos retos mayúsculos en el camino a la final. Del reto del anfitrión a la resurrección de Mbappé sin máscara.

Una Francia tacaña hasta semifinales. Sin la pegada que invitaba a augurar una delantera temible. La realidad fueron tres goles en el camino. Dos en propia puerta, uno de penal. 

Cualquier atisbo de esperanza gala residía en Mbappé que se jugó el físico. Cansado de jugar condicionado con una máscara que le alejó de su identidad letal. En un duelo desigual ante Jesús Navas. Probablemente su último baile como internacional ante la peor pareja.

Una nueva proeza estaba sellada en el camino más complejo a la gran final de Berlín, la quinta de su historia, en la que ya espera a Inglaterra o Países Bajos.

HISTÓRICO

El tanto de Lamine Yamal para empatar a Francia (1-1) impulsa otro registro para la historia del joven talento español, que con 16 años y 362 días se convierte en el goleador más precoz de la historia de la competición.

REPROCHADO

Silbado y abucheado después de tocar cada balón, Marc Cucurella fue el objetivo del público alemán, que no perdona al jugador de España por tocar el balón con una mano dentro del área durante el partido ante el combinado germano en los cuartos de final y que no pitó el árbitro.

ACCIDENTE

El delantero español Álvaro Morata resultó dañado en la rodilla derecha después de ser golpeado involuntariamente por un miembro de seguridad tras un nuevo salto de un espontáneo al campo de juego.