Educación financiera: El motor oculto para el desarrollo económico en Bolivia
En Bolivia, cada día nacen alrededor de 56 unidades económicas; pero al mismo tiempo mueren otras nueve a raíz de diversos factores entre los cuales uno pasa desapercibido: la escasa formación en educación financiera.
En Bolivia, cada día nacen alrededor de 56 unidades económicas; pero al mismo tiempo mueren otras nueve a raíz de diversos factores entre los cuales uno pasa desapercibido: la escasa formación en educación financiera.
De las 370 mil empresas inscritas en sistema del Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (Seprec), el 78% son unipersonales, esto quiere decir que podría ser “una sola persona la que tiene que manejar todos los ámbitos ligados a la administración, y ello conlleva una gran responsabilidad”, explicó el asesor financiero, Carlos Lara.
Llevar adelante una empresa no es tarea fácil, pues resulta necesario saber una serie de conceptos relacionados al movimiento financiero, como “tener un registro de los ingresos y gastos, y así saber el saldo que queda para iniciar el próximo periodo de trabajo”, recalcó la mentora financiera, Lady Flores, quien tras una experiencia fallida decidió formarse en el mundo de las finanzas.
Según un estudio internacional de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que evalúa la actividad empresarial en múltiples países, en Bolivia el 73% de las personas considera que el país cuenta con las capacidades necesarias para empezar un negocio; sin embargo, debe valorarse el conocimiento en temas financieros.
Es allí donde la educación financiera cumple un rol fundamental, pues encamina a emprendedores y líderes empresariales para que estos utilicen bien sus recursos. Con 35 años de experiencia, Samuel Doria Medina, empresario boliviano, reconoce su importancia porque “previene a los emprendedores del despilfarro, la mala administración de los fondos y también divulga un espíritu de disciplina y compromiso que son muy útiles para la vida empresarial”.
La educación financiera tiene un efecto positivo en la economía del país, ya que, a mayor gente preparada en temas económicos, mayores iniciativas de negocio, y más fuentes de trabajo, lo cual “impulsa muchísimo el crecimiento a nivel nacional, por el mismo hecho de que emerjan más empresas que den empleo a más personas”, en palabras de Flores.
Educarse en los créditos para una inversión inteligente
Un estudio realizado en 2019 por la Universidad de Hiroshima demostró que las empresas que accedían a préstamos bancarios contaban con mayor productividad. Al respecto, en Bolivia, durante el primer semestre de la gestión 2023, el 33% de los créditos fueron conferidos a empresas, de los cuales el 11% se destinó a las Pymes (pequeñas y medianas).
No obstante, el desconocimiento de las diversas oportunidades crediticias que brinda la banca, y la formación educativa en general, conlleva a que muchos emprendedores se limiten su acceso a los productos financieros. En este sentido, Flores considera que “el banco puede ser un buen impulso para hacer crecer más tu negocio”.
Y si bien el crédito ejerce un efecto positivo en la productividad de una empresa, existen factores limitantes, como es el caso de la tasa de interés (el monto extra por los créditos otorgados), dado que se trata del principal aspecto que toman en cuenta las personas al momento de solicitar préstamos bancarios.
Norma Guerra, es una mujer potosina que migró a La Paz a sus cortos 16 años buscando un futuro profesional. Comenzó a trabajar como ayudante de peluquería, y ahora es parte de los miles de emprendedores en el territorio nacional, es propietaria de un negocio.
- “Era mi sueño, mientras trabajaba en mi mente pensaba que tenía que abrir mi salón y me había propuesto hacerlo antes de mis 34 años”, cuenta Norma con orgullo. “Entonces llegó el momento. Tenía una meta que cumplir y ya tenía algo ahorrado; pero no era suficiente para todo lo que necesitaba, así que recurrí al banco”.
En busca de aumentar su capital y sin conocimiento adecuado respecto a la cantidad y diferencias sobre créditos, Norma solicita uno de consumo, “no tomé la mejor decisión porque elegí el que creía que era mejor para mí (…) sin tomar en cuenta que tal vez no era lo mejor para lo que yo buscaba”.
Al respecto, el asesor en créditos, Pedro Vera explicó que el desconocimiento de las características de los tipos de créditos “puede conllevar a que la entidad financiera le otorgue un producto que no corresponde a las necesidades de cliente, incluso en ocasiones se les da un crédito en el que la tasa es mucho mayor”.
Según datos proporcionados por la ASFI, los emprendedores tienen la opción de acceder a dos tipos de créditos: los créditos PYME con una tasa de interés del 7% o los microcréditos con una tasa del 17%. En este contexto, Vera destacó que “a pesar de la disponibilidad de estos créditos, muchas personas optan por los créditos de consumo debido a las comodidades que ofrece este tipo de financiamiento”.
En tal sentido, durante los primeros meses de la gestión 2023, los pequeños empresarios accedieron a créditos con tasas de interés ligeramente superiores, en comparación a 2022, siendo el crédito de consumo uno de los más solicitados con una tasa de interés de 19,9%, como consecuencia de la falta de conocimientos financieros entre los pequeños emprendedores.
- “Si el cliente conoce más los servicios que está teniendo va a tener menos problemas en el futuro y de la misma manera el cliente puede enseñar a sus familiares sobre el manejo de cuentas”, exhortó Vera.
Aprender para emprender
La Ley de Servicios Financieros N°393 establece que las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) tienen la obligación de implementar programas anuales que contribuyan a fomentar la educación financiera. Esta medida se convirtió en uno de los avances más importantes, en cuanto a educación, para el país, desde el 2018, año en que la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) destacó a Bolivia en el segundo puesto entre los países con mayor número de iniciativas en educación financiera.
No obstante, en los últimos cinco años, Bolivia descendió de puesto; pero aún destaca por su aporte al desarrollo en microfinanzas (más del 80% de los consumidores acceden a créditos), gracias a los programas que implementa el sector bancario. De entre las 68 entidades financieras en todo el país, alrededor de 60 cuentan con programas de educación sobre los servicios y productos financieros.
Sin embargo, según datos de la ASFI, de los clientes financieros solamente el 24% habría sido capacitado sobre los productos y servicios que ofrecen las entidades, u otro tipo de temáticas. Asimismo, de aquellos que recibieron capacitaciones, el tema sobre el que mayor información tienen es, justamente, sobre los tipos de crédito y las formas de ahorro que, aun siendo las más conocidas, continúan con un promedio muy bajo entre los saberes de la población.
El desafío aún continúa
En un país donde la iniciativa emprendedora es el soporte de la economía, la falta de conocimientos sólidos en finanzas se convierte en una barrera para el desarrollo nacional, pues “en sociedades que, como la boliviana, evolucionan del nivel de las relaciones tradicionales al de las modernas, la falta de educación financiera puede causar un retroceso en la bancarización”, señaló Doria Medina.
La rápida expansión de la bancarización en los últimos años abrió vastas oportunidades para los emprendedores, quienes pueden aprovechar una gama amplia de herramientas para gestionar sus finanzas y acceder a los créditos, permitiendo que nuevos negocios florezcan, contribuyendo así al dinamismo económico del país.
En Bolivia nacen y mueren unidades económicas a diario, la escasa formación financiera se revela como una de las causas que no puede ser pasado por alto. Y aunque se han dado pasos significativos, la brecha de conocimientos económicos persiste, por lo que no solo es un desafío actual, sino también una inversión clave para un sólido futuro económico.