Pensiones de comida en Sucre pasan por un difícil momento

En este negocio manejan por lo menos tres opciones ante el incremento de insumos

NEGOCIO. Uno de los restaurantes que hace el esfuerzo de mantener sus precios pese al incremento de los insumos y productos. NEGOCIO. Uno de los restaurantes que hace el esfuerzo de mantener sus precios pese al incremento de los insumos y productos. Foto: Correo del Sur

Sucre/CORREO DEL SUR
Economía / 28/08/2024 03:44

Reducir el menú, incrementar el precio o, por último, cerrar, son las alternativas que manejan algunas pensiones de comida en Sucre ante el incremento del precio de los productos básicos de la canasta familiar.

CORREO DEL SUR visitó este martes tres locales de expendio de comidas y sus encargados coincidieron en que los insumos y productos que utilizan están cada vez más caros.

Elvira Ceballos de Meruvia lleva más de 40 años en el rubro gastronómico y asegura que ahora “ya no es negocio” vender comida como lo era antes, cuando los precios de los alimentos no subían tanto.

“Comentarles que ha subido mucho el precio de los productos, en especial los cereales; es una barbaridad lo que ha subido y es algo que lo producimos en Bolivia, como el arroz, el trigo, las lentejas”, afirma la encargada de la cocina y coadministradora del restaurante “Don Coco”.

“Hasta la misma carne está subiendo mucho en todos los cortes. Anteriormente sabíamos comprar a Bs 28 un kilo de carne para la sopa, ahora está en 30, 35, hasta 50 el lomo; según los cortes ha subido”, detalla.

Así como los cereales y la carne, la papa también “está muy cara”. Las autoridades “tendrían que hacer algo para poder, tal vez, paliar esta situación (…), porque ahora (el negocio de) la pensión ya no es lo mismo que antes, ya no se puede tener más beneficio o ganar un poco más”.

“Más bien yo ya no tengo a quien mantener, como se dice, trabajo para sentirme útil porque yo ya estoy por mis 70 años, pero a Dios gracias estoy muy bien y me gusta trabajar”, remarca Elvira.

La experimentada gastrónoma recuerda que gracias a esta actividad pudo sacar adelante a sus hijos que ya son profesionales y se valen por sí mismos. “Antes sí ganaba y con eso mantenía a mis hijos, hacía estudiar, a Dios gracias ya son profesionales. Ahora sí tendría que hacer eso ya no me alcanzaría con lo que gano”, compara.

A pesar de la elevación de los precios de los principales productos de la canasta familiar, el restaurante “Don Coco” se da modos para sobrellevar la situación y mantiene sus precios, pues de lo contrario, dice Elvira, perdería clientela. 

“Los sueldos (que recibe la gente) tampoco abastecen para hacer subir el precio, por eso seguimos manteniendo a la medida de las posibilidades y al menos, nosotros, aquí en el restaurante, manejamos el mismo precio que cobrábamos hace unos tres o cuatro años”, sostuvo.

Restaurante “Don Coco” ofrece almuerzos completos con cinco segundos a elección “porque a la gente le gusta variedad, pues hay personas que comen con ají, otras prefieren sin ají, asaditos, o sea, tratamos de hacer lo mejor posible para mantener a nuestra clientela a gusto”, recalca Elvira.

Consultada sobre si ahora reemplazan algunos productos por otros de menor valor, la gastrónoma responde que ellos siguen utilizando insumos de calidad.

Elvira anuncia que si se siguen encareciendo los productos de la canasta familiar, ya será insostenible para ellos, por lo que se verán obligados a también “hacer subir por lo menos un peso o dos pesos (sus precios), así paulatinamente”.

Restaurante “Don Coco”, que está en la calle Junín, entre Colón y Olañeta, vende el almuerzo a Bs 15 y la pensión está en Bs 380, que sale a unos 12 a 13 bolivianos por día. “Por pensión siempre es un poco menos porque eso se da mensual y cobramos siempre con anticipación”, subraya Elvira.

OPCIÓN DE CIERRE

En otra pensión de la calle Colón, entre la Loa y Junín, su encargada opina casi lo mismo que doña Elvira sobre la difícil situación que atraviesa el sector por el encarecimiento de los insumos y productos.

“Nos afecta mucho porque están subiendo los precios, ya no nos alcanza para nada y la población no quiere pagar Bs 15 el (almuerzo) completo o solo extras”, sostiene la propietaria del local, que pide mantener su identidad en reserva.

Ella se abastece del Mercado Central, que está a cuatro cuadras de su pensión. Allí, según detalla, el bidón de cinco litros de aceite pasó de costar 45 a 60 bolivianos, el arroz de 20 a 25 bolivianos la cuartilla, y la papa, ya sea imilla o rosada, que están casi al mismo precio, de alrededor de 45 a 61 bolivianos.

En cuanto a la calidad, observa que “el arroz ya no es como antes”, pues ahora “viene mezclado y no rinde mucho”. “El arroz antes venía puro blanquito; ahora está viniendo como si tuviera cascarita, así del trigo mezclado, hay que escoger o algo así, ya no es blanquito, ya no se sabe si es de primera o segunda. Ni en las tiendas ya es el peso justo, como dicen las tiendas 1 kilo, ya es menos, eso es lo que nos está afectando”, comenta.

Para optimizar gastos, esta pensión decidió reducir su oferta. “Antes hacía cuatro segundos y un extra más, ahora hago dos”, indica al explicar que su almuerzo incluye pan, refresco, sopa y dos segundos a elección. Su precio no sufrió variación y sigue en Bs 13; teme que si lo incrementa perderá clientes. “Es que nadie quiere pagar Bs 15 por un almuerzo, siempre buscan lo económico”, justifica.

La emprendedora advierte que en el último tiempo cerraron varias pensiones y teme correr la misma suerte. “Si sigue subiendo el precio de los productos, no podremos continuar, por eso le digo, muchas pensiones están cerrando porque no les alcanza. Yo estoy dos años y este es el peor momento; desde mayo comenzaron a subir las cosas y lo peor es que suben y no bajan”, lamentó.

En este local aseguran que tampoco están sustituyendo productos por otros menos caros. Es el caso del arroz y el fideo que se prepara por igual, no es que uno pueda reemplazar al otro. “La gente siempre quiere los dos, ya sea arroz o fideo, hay que variar porque empalaga también lo mismo. Además, hay quienes no comen fideo, hay que ver también eso para dar a la clientela lo que pide”, indica.

EMAPA, ¿OPCIÓN?

Consultados sobre si consideraron abastecerse del supermercado de Emapa, donde los precios son más bajos frente a los que se expenden en el mercado, dos de los tres propietarios de restaurantes dijeron que no van porque hay muchas filas y por la limitación en las ventas (en algunos casos solo venden una arroba por familia).

Un local, obligado a subir precios

Otro local de comidas que está en la calle Colón ofrece almuerzos que incluyen sopa, refresco, postre y dos opciones de segundos, una con carne y otra vegetariana.

Su propietario, que pide mantener su identidad en reserva, comenta que el alza de precios de los productos les está afectando de sobremanera.

“El almuerzo completo el año pasado estaba a Bs 20, pero como al principio de este año aumentaron las cosas, hemos subido a Bs 23, pero ahora seguimos notando más incrementos de precios y estamos pensando aumentar un poco más”, cuenta.

Dice que además de las verduras, los precios del arroz y el aceite les generan un mayor gasto.

No descarta hacer una reducción en su menú, como por ejemplo quitar el refresco o postre. “Así ya no haremos una inversión aparte que se realiza también en eso”, justifica.

A pesar del reajuste de precio que hicieron, el propietario del local considera que sus clientes siguen, pues, según dijo, ellos también están conscientes de que todo está subiendo.

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