Gobierno no descarta importar carne de res
Los ganaderos consideran inviable esta medida porque el producto es más caro en los países vecinos
El Gobierno no descarta importar carne de res si persisten los altos precios en el mercado nacional y, en esa línea, el Senasag empezó a coordinar con su par de Argentina. No obstante, los ganaderos creen que esta alternativa es inviable, considerando que los precios del producto en países vecinos son más elevados.
El viceministro de Desarrollo Rural y Tierras, Álvaro Mollinedo, anunció este martes la posible medida a través de los medios de comunicación en La Paz. Aunque también aclaró que actualmente Bolivia cuenta con excedentes de carne, según datos cruzados entre el Gobierno y los propios ganaderos, por lo que la importación no sería necesaria.
También este martes se informó que técnicos del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de Argentina coordinaron el despliegue de un equipo auditor boliviano, que durante esta semana evaluará aspectos, como: trazabilidad, higiene, control de residuos, procesos productivos e infraestructura en plantas cárnicas argentinas.
“El objetivo de estas inspecciones es asegurar el cumplimiento de las normativas internacionales de inocuidad alimentaria y garantizar un comercio seguro entre ambos países”, informó el Senasag en un comunicado.
La apertura del mercado a carne argentina se perfila como una respuesta del Ejecutivo para contener el alza en los precios internos, en un escenario marcado por el reclamo del sector ganadero, que atribuye los aumentos a la subida de los costos de producción y a un incremento en el contrabando de carne boliviana hacia países vecinos.
CONFLICTO
Esta medida ocurre en medio de un conflicto abierto entre el Gobierno boliviano y los ganaderos locales, a quienes se acusa de elevar los precios de la carne de forma unilateral.
Fegasacruz: Carne argentina es más cara
El director de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Javier Landívar, cree que importar carne de argentina es inviable porque el precio en aquel país es más alto.
“Creo que es un verdadero despropósito debido a que también el precio de la carne argentina en este momento está por lo menos cerca de $us 2 más caro en relación a la boliviana, o sea, posibilidades de proveer carne barata para Bolivia no va a haber a través de una importación”, declaró el representante en una entrevista a Unitel.
Añadió que si se va a habilitar frigoríficos en Bolivia para la importación de carne, también debería hacerse lo mismo en Argentina, de modo que los ganaderos bolivianos tengan también la posibilidad de enviar el producto hacia ese mercado.
Los ganaderos aseguran que tienen excedentes para exportar y que el mercado interno nunca fue desproveído. “El ganadero está comprometido con el abastecimiento de carne al país. Se tiene un excedente cada vez mayor, tanto así que el sector ganadero crece un 3% y la población humana de Bolivia crece un 1,5%. Es decir que el crecimiento y desarrollo de la ganadería sobrepasa la población humana”, subrayó.
El sector cree que el incremento del precio de la carne se debe a la escasez de dólares y, en parte, a los intermediarios.
Ganaderos piden apertura de las exportaciones
La Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) expresó su rechazo a la decisión del Gobierno de importar carne desde Argentina, cuestionando que la compra se realizaría en dólares, divisa que escasea hace más de un año en el país.
Julio Nogales, vicepresidente de Congabol, afirmó que el sector ganadero mantiene su compromiso de seguir abasteciendo al mercado nacional y cuestionó la lógica de importar carne cuando la producción local puede cubrir la demanda. “Nosotros seguimos trabajando, pero pedimos que se abra la exportación”.
El representante recordó que los ganaderos enfrentan limitaciones para comercializar sus productos en el exterior, a pesar de contar con capacidad de producción. Advirtió que medidas como la importación podrían generar un impacto negativo en la economía del sector.