Elevadores de octanaje, ¿la solución en Bolivia?
La palabra de mecánicos y de trabajadores de estaciones de servicio
Las denuncias de distribución de gasolina y diésel presuntamente de mala calidad en el país están haciendo que más conductores opten por utilizar líquidos para aumentar el octanaje del carburante de sus vehículos. ¿Esta es una medida que sirve para proteger los motores, para darles mayor fuerza?
Si bien no es muy notorio que los conductores utilicen con frecuencia este elevador de octanaje, en los surtidores lo compran y lo echan a los tanques antes de llenarlos. Allí tienen a la venta este líquido (a menudo conocido como ‘octanol’); además, quienes ofrecen limpiaparabrisas, ambientadores y otros productos para los vehículos también los ofrecen.
En Sucre, un empleado de una estación de servicio informó a CORREO DEL SUR que algunas personas compran el elevador de octanaje cada cierto tiempo, pero que últimamente esto se hizo más frecuente por las denuncias de que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) distribuirían carburantes de dudosa calidad.
Los potenciadores de octano son aditivos que mejoran el rendimiento del combustible: algunos aumentan el número de octano de la gasolina, mejorando la combustión y la eficiencia del motor. El potenciador de octano puede ayudar a incrementar la potencia y una reducción en el consumo de combustible.
Una trabajadora que prefirió guardar su identidad bajo reserva dijo que hay líquidos de octanaje de entre 50 y 60 bolivianos: mexicanos, colombianos y también nacionales. ¿Cómo se usan? Explicó que los conductores echan un bote y después de tres o cuatro meses vuelven a hacerlo.
PALABRA DE MECÁNICOS
Mecánicos consultados por este periódico coincidieron en que en sus talleres no se presentaron requerimientos para la reparación de motores producto de la mala calidad de la gasolina o el diésel, pero sí escucharon comentarios en otros departamentos donde se habrían denunciado afectaciones por ese motivo.
La semana pasada, representantes del transporte en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz reportaron denuncias de sus afiliados sobre daños en sus vehículos al presumirse que la gasolina contiene un nivel bajo de octanaje y una cantidad de etanol mayor a la permitida por ley. Según los choferes, los daños principales se registran en la bomba de gasolina, los inyectores y sensores.
Julio, mecánico en Sucre desde hace casi 50 años, explicó a este diario que los motores en la mayoría de los vehículos están diseñados para aceptar hasta 90 octanos y que la gasolina distribuida en Bolivia no tiene más de 30 o 40, por lo que no representa mayor riesgo.
El octanol se puede utilizar en una cantidad adecuada porque si se usa en exceso, cabe la posibilidad de que afecte a las bombas y provoque dilataciones en los motores, agregó al admitir que antes, este líquido se utilizaba con mayor frecuencia porque la gasolina era muy mala, pero ahora no es determinante.
Alfredo, otro mecánico, tampoco reparó motores por mala calidad de los carburantes, pero recomienda a sus clientes usar dicho líquido para mejorar el rendimiento de sus vehículos. “Ayuda a aumentar el octanaje al combustible para una mejor detonación de la combustión”, explicó.
FISCALÍA
El fiscal departamental de Chuquisaca, Mauricio Nava Morales, informó que el Ministerio Público no tiene ningún registro de denuncia alguna relacionada con la calidad o la alteración de carburantes.
La ANH hace controles permanentes
Funcionarios de la ANH explicaron que en Chuquisaca no se presentaron denuncias por alteraciones en la calidad de los combustibles y que realizan operativos permanentes en los surtidores de la ciudad y el departamento. Explicaron que se toman dos tipos de muestras, una que va a un laboratorio de Cochabamba y otra que se queda en la estación de servicio para hacer después la comparación.
Asimismo, explicaron que existe un control estricto en las cisternas que trasladan carburantes de las fronteras del país, desde el vaciado del líquido en la planta como en el cargado a otras cisternas para su distribución a los surtidores.