Castelo Blanco: Una experiencia inolvidable
En un pintoresco callejón de Sucre, a un lado del Palacete de El Guereo, se encuentra “Castelo Blanco”, una hermosa residencia estilo europeo con amplios espacios verdes que ahora es escenario de eventos sociales
En un pintoresco callejón de Sucre, a un lado del Palacete de El Guereo, se encuentra “Castelo Blanco”, una hermosa residencia estilo europeo con amplios espacios verdes que ahora es escenario de eventos sociales para los habitantes de la ciudad de Sucre.
La familia Serrano, impulsora de este negocio, identificó la necesidad de ofrecer un lugar elegante y funcional para organizar reuniones de amigos, de familias, matrimonios, quince años, fiestas infantiles o baby shower, por mencionar algunos, sumando sus habilidades e imaginación gastronómica indiscutibles.
La Casa Residencial
Inspirada en la residencia de la embajada de Francia en Buenos Aires, Castelo Blanco guarda el mismo sobrio perfil de aquellas casonas planteadas por constructores italianos que levantaron la soberbia arquitectura bonaerense.
Esta casa de estilo clásico tiene algo más de diez años y fue concebida con el mejor de los gustos por quien fuera vicepresidente de la República y también rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, Julio Garret Aillón. El diseño y la construcción fueron consolidados por el arquitecto sucrense Roberto Suárez.
Parte de los materiales con que fue edificada esta casa se importaron o encargaron a otras ciudades para lograr su distinción. Esto ocurrió por ejemplo con las tejas planas, el mármol de los baños y el granito, o con el pintado de los pilares marmóreos de la sala, a cargo de una artista conocedora de la técnica.
Se levanta magnífica prácticamente en el centro de la propiedad con grandes ventanales de vidrios biselados, molduras y un techo empinado. El retiro marcado de las casas vecinas garantiza privacidad y luminosidad para todas sus salas, que en la planta baja están interconectadas.
Como si de un museo se tratara, las bellas piezas del mobiliario, así como las obras de arte, están ubicadas en lugares bien pensados, destacándose entre todas el retrato al óleo de la propietaria, Mabel Serrano, pintado por el destacado artista chuquisaqueño Enrique Valda.
Concebida inicialmente con el propósito de residencia familiar, la casa tiene un amplio patio en la entrada donde un ceibo de la misma edad de la vivienda se alza como queriendo alcanzar la copa de sus centenarios y gigantes hermanos, que se encuentran muy cerca, en el pintoresco barrio de El Guereo. Los jardines están diseñados al estilo inglés, con una variedad de plantas decorativas. El terreno tiene 1.200 metros cuadrados, de los cuales 560 están construidos.
La mano en la cocina
Pero la personalidad de Castelo Blanco es mucho más que su arquitectura, sus jardines y su decoración. El chef Eduardo Serrano es el encargado de proponer y desarrollar exquisitos menús. Uno recomendado es el ceviche de trucha o jamón serrano con melón, como entrada; seguido de un plato principal consistente en lomo al horno en salsa de mantequilla con romero y hierbas italianas; y de postre, un crujiente brownie con una bola de helado de vainilla y una ramita fresca de hierbabuena.
“Cuando uno pone mucha pasión en lo que hace, los resultados siempre serán buenos“ , aconseja Eduardo. Eso es lo que él siente por la cocina: pasión.
Confiesa que de manera accidental descubrió el mundo de la gastronomía mientras viajaba por Europa, donde tuvo la oportunidad de tomar cursos en Alemania y trabajar en restoranes gourmet, al igual que en España. De su recorrido personal por los sabores del mundo escoge la comida griega como la más exquisita.
Sus platillos, únicos como su clientela, son una fusión de sabores, de texturas y colores que de alguna forma reflejan la vivencia del chef.
Los postres sin embargo son obra de su mamá, Mabel Serrano, quien impulsa igualmente este negocio familiar con deliciosas recetas de repostería.
Iniciativa familiar
En 2013, Mabel y su hijo Eduardo Serrano abrieron las puertas de su residencia como “Castelo Blanco”, que busca convertir cada evento en una experiencia única e inolvidable para que se quede grabada en la memoria de los invitados.
“Cada cliente es único y su evento debe reflejarlo“, es el lema de la empresa.
En Castelo Blanco se realizan eventos corporativos y para ocasiones especiales, con un servicio integral y personalizado. Su decoración, clásica con un toque moderno, realza los ambientes que al mismo tiempo son acogedores y funcionales, ideales para disfrutar de un cóctel, de reuniones de negocios, exposiciones o conferencias.
Cuando se trata de actividades corporativas, ya sean recepciones, aniversarios, cursos y/o talleres, se atienden todas las necesidades en relación con el presupuesto del contratante. En cambio para las ocasiones especiales, como un almuerzo familiar o una boda, se adaptan al gusto del cliente y brindan un asesoramiento completo.
Los siguientes emprendimientos de Eduardo Serrano son Castelo Carnes, para rodizios con reserva y Castelo Kids, orientado a eventos infantiles, siempre con un menú saludable, bebidas naturales y al aire libre, para que los más pequeños puedan disfrutar de su fiesta en un verdadero castillo. El teléfono de contacto con Castelo Blanco es 75434437.