Los Wanders
De club de amigos a fundación benéfica en Tupiza
Los niños que entrando a la adolescencia se reunían para jugar o compartir una fiesta, hoy son hombres formados en distintas profesiones con una visión de compromiso social que se traduce en una organización de servicio: crearon una fundación que será financiada con los aportes de todos sus miembros.
El año 1976 Bolivia vivía la dictadura de Hugo Banzer Suárez y, en una paradisiaca población de Tupiza, un grupo de amigos de entre 12 y 13 años ajenos a los rigores del régimen de facto, sembraba la semilla de la amistad que 40 años después germinaría en una fundación cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de sus coterráneos a través de proyectos sociales.
Mientras en las calles de las ciudades del país se gestaba la resistencia al gobierno militar, estos pequeños tupiceños consolidaban algunos de los valores más importantes del ser humano: la amistad, la solidaridad, la integración, el rechazo a la discriminación.
Sobre la base de esos principios nació el Club Wanders (Vagabundos), que sin malicia alguna fueron creciendo bajo el ala protectora de los padres de estos niños inquietos; ellos les habían inculcado el respeto a sus semejantes. Eso fue lo que permitió que aquella microestructura social sobreviviera al tiempo y a las vicisitudes de cada uno de sus miembros.
Los recuerdos…
Uno de los fundadores del club, Gerardo Armijo (“Lalo”), recuerda con nostalgia cómo organizaban fiestas y su participación en los grandes eventos de la ciudad de Tupiza, como el Carnaval, los campeonatos deportivos y las actividades culturales. Dice que en 1979 salieron bailando por las calles con pantalones bermudas de jeans y poleras serigrafiadas con el logotipo del club; se mostraban orgullosos de ser parte de una organización que estaba ganando espacio en la sociedad chicheña.
Para 1995, el Club Wanders ya mostraba su otra faceta, la del compromiso con la cultura regional, bailando al son de anatas y ritmos de la tierra. Más adelante asistirían al concurso de anatas en la Cholita del Carnaval, lo que sirvió para motivar a otros grupos a seguir su ejemplo y a que esa festividad tuviera un brillo mayor.
El deporte
Los jovencitos tupiceños no descuidaron su pasión por el deporte, lo que quedó demarcado para siempre en la memoria de las líneas de cal de las canchas de San Antonio y el ex Maracaná de Chajrahuasi. Destacaron en el fútbol de salón, en motociclismo y también en automovilismo, al ganar consecutivamente campeonatos y sumar varios lauros.
Otros incursionaron en el atletismo y en el ajedrez, entre otras disciplinas, y debido a su perseverancia le regalaron a su tierra algunos trofeos nacionales.
La música
Al influjo de las parrilladas y las fiestas compartidas, pudieron descubrir las virtudes musicales de sus miembros quienes tocaban la guitarra y otros instrumentos. Destacaban: Daniel Laguna, Omar Zarate, Raúl Pérez, Pedro Guereca, Gabriel Lazarte y Jaime Burgos.
Varios de ellos incluso formaron parte de agrupaciones y llegaron lejos, en el ámbito nacional e internacional, dejando como aporte producciones discográficas de manera profesional.
La fundación
El tiempo es inexorable para todos y los Wanders no podían ser la excepción. Con la finalidad de prepararse para la vida, la mayoría dejó su querida tierra para formarse en diferentes campos del conocimiento humano.
Los niños que entrando a la adolescencia se reunían para jugar o compartir una fiesta, hoy son hombres formados en distintas profesiones con una visión de compromiso social que se traduce en una organización de servicio: crearon una fundación que será financiada con los aportes de todos sus miembros.
Las bases que constituyeron esta fundación se mantienen inalterables, con la solidaridad como uno de los pilares fundamentales. Por ello comenzaron con el pintado de los bancos que sirven a la comunidad, de allí pasaron a la construcción de una fuente de agua en el Colegio Suipacha, y después donaron canastones navideños y alimentos a un hogar de ancianos.
Así, de a poco, llegarían a ejecutar algunos proyectos mayores, como la entrega al Hospital Eduardo Eguía de un “Monitor de Signos Vitales Multiparamétrico con Capnografía” de última generación.
Tienen varios más en carpeta, que seguramente irán materializando gracias a la amistad indestructible de los Wanders. De esta forma, el viejo club de amigos llena los vacíos que deja el Estado en lugares como Tupiza.
A veces falta un equipo médico para salvar vidas, o mejorar los servicios que la gente usa a diario. Con el compromiso de personas solidarias como los integrantes del Club Wanders, que aprendieron que “no se vive bien si se quiere vivir solo para uno”, es posible salir adelante…
El club de amigos que habían sido discriminados
- El Club Wanders (Vagabundos) se formó el 20 de agosto de 1976 sobre la base de un grupo de amigos de 12 y 13 años del Colegio Antofagasta, de la ciudad de Tupiza, departamento de Potosí.
- Liderados por Gerardo Armijo (“Lalo”), se consolidó el grupo discriminado en el ingreso a una fiesta que había organizado otra agrupación estudiantil.
- El nombre de Wanders fue asumido por la moda de la época, para destacar que se trataba de personas revoltosas, vivarachas y contestatarias.
- Por iniciativa de Rosario Huarachi, luego se incorporaron 35 estudiantes del Liceo Coronel Pedro Arraya, con lo que la membresía del club se fortaleció sustancialmente.
- Asentado en los principios de hermandad, unidad, integración, no discriminación y solidaridad, los Wanders fueron cobrando cuerpo con diferentes actividades de tipo social, cultural y deportivo.
- En las fiestas organizadas por este grupo se servían refrescos, sándwiches de galletas de agua con picadillo y tomate, y se bailaba con la música de la época.
- La sociedad tupiceña tuvo una opinión favorable cuando los Wanders participaron en las entradas de Carnaval en los años 1978 y 1979.
- Con el paso del timpo llegaron las fiestas de 15 años y, más adelante, las promociones. Parecía que el grupo se disolvería, porque un factor de cohesión había sido el colegio, pero la amistad se mantuvo aun cuando varios de sus miembros estudiaban en otras partes del país.
- Actualmente, Wanders tiene 138 miembros activos que se encuentran en distintas ciudades del país y del exterior, siempre vinculados al club de sus amores, con el objetivo de contribuir a la consolidación de obras en beneficio de la región chicheña y, dentro de poco, anuncian que también a otras provincias del departamento de Potosí.
- Uno de sus principales aportes benéficos fue el pintado de bancos escolares y la entrega al Hospital Eduardo Eguía de un “Monitor de Signos Vitales Multiparamétrico con Capnografía” de última generación.