Hotel Museo Cayara, entre historia y turismo
En el valle de Cayara, Potosí, en una imponente edificación colonial que tiene más de cuatro siglos de historia, está enclavado un singular hotel museo. Se trata de un lugar que atesora valiosas reliquias, reflejo...
En el valle de Cayara, Potosí, en una imponente edificación colonial que tiene más de cuatro siglos de historia, está enclavado un singular hotel museo. Se trata de un lugar que atesora valiosas reliquias, reflejo de la opulencia en la que vivieron sus propietarios antaño. Hoy, cuenta con todas las comodidades para poder disfrutar de una estadía inolvidable, plena de aventura.
Un poco de historia
Doce años después de la fundación de Potosí, en 1557, Juan de Pendones construyó la hacienda de Cayara (nombre aymara de la flor que se muestra cada siglo, la puya Raimondi), informa a ECOS Susan Aitken, una de las propietarias actuales.
La infraestructura destaca por su estilo colonial. En aquel periodo, las haciendas se caracterizaban por contar con grandes extensiones de tierra para alimentar a los trabajadores y a los animales que servían en la minería, agrega Aitken.
La historia dice que la casa de hacienda tenía 54 ambientes grandes, en los que vivían 30 familias de campesinos. En los demás recintos se almacenaba la cosecha de los productos agrícolas, especialmente cebada.
Desde 1557 hasta la fecha, la casa estuvo en manos de cuatro diferentes propietarios→
→En primer lugar perteneció a la familia Pendones, luego pasó a los Tellaheche, después la adquirieron los Soux, en un remate, y finalmente acabó en poder de la familia Aitken.
¿Cómo llegar?
Cayara se encuentra ubicada en una cabeza de valle, a 3.550 metros sobre el nivel del mar, cuyo torrente es cabecera del río Pilcomayo. Está 23 kilómetros al oeste de la ciudad de Potosí. De esa longitud, 15 kilómetros del camino son asfaltados y ocho empedrados. Para llegar al lugar, hay disponible transporte público que parte todos los días a las 13:00 del mercado Chuquimia.
El Hotel Museo Cayara también tiene transporte propio, pero además se cuenta con taxis particulares que ofrecen sus servicios. Desde la capital potosina, viajar a la hacienda de Cayara toma un tiempo de 30 minutos en vehículo.
Diseño original
Según Aitken, la exhacienda, ahora hotel museo, conserva su diseño original. Su segundo propietario realizó la primera restauración en 1880 y Juan Jorge Aitken llevó a cabo la segunda en 2005.
“Para convertir la casa en el Hotel Museo Cayara se realizaron algunas modificaciones sobre los mismos ambientes, sin cambiar la arquitectura original”, remarca ella. La familia tiene funcionado en el lugar la Estuquera Cayara y una lechería. En el hotel trabajan 10 personas, en la lechería 20 y en la estuquera 70, todas de la zona.
Hotel Museo Cayara
Este es un sitio en el que se respira historia. Con una capacidad para albergar a 30 personas, ofrece cómodas habitaciones decoradas al estilo colonial; todas tienen baños privados.
Posee un parrillero donde los visitantes pueden degustar de un delicioso cordero al palo, entre otras exquisiteces.
Un sector muy especial es el que ocupa una pequeña —pero preciosa— capilla.
El Museo Hotel cuenta con ocho salas de exposición, que conservan una inigualable pinacoteca, una biblioteca con una impresionante colección de libros, textos y diccionarios desde 1650 y títulos originales de la hacienda que datan de 1557.
Además, atesora una variada colección de objetos utilitarios y decorativos antiguos de gran valor, como muebles originales de la colonia, espejos venecianos de 1750, armaduras, espadas y armas de la conquista.
De acuerdo con el libro de visitas, la hacienda ha sido visitada por siete presidentes de Bolivia y no pocas personalidades internacionales.
Cayara también está rodeada por circuitos turísticos, que invitan a disfrutar de una excitante aventura.
Proyecciones
Aitken informa a ECOS que tienen en carpeta varios proyectos de ampliación, en los que han comenzado a trabajar.
Cayara, dice la propietaria consultada por esta revista, será un lugar donde se podrá ir de pesca y gozar de la naturaleza al aire libre. Con ese fin, construirán tres lagos artificiales en los que sembrarán truchas.
Allí también habrá botes, para que los visitantes —principalmente los niños— puedan disfrutar del lugar. Y ampliarán la cocina y el comedor. •
Salas de exposición
Sala 1
La más importante de todas
Así la consideran sus propietarios. Allí se expone una variada colección de pinturas que datan de 1878. Por ejemplo, alegorías de los cinco continentes y las cuatro estaciones del año.
También se puede observar una pintura del interior del Coliseo Romano, una de Viernes Santo, otra de un Papa predicando.
Sala 2
Antiguo comedor
Se denomina “Lili Soux de Aitken”, en homenaje a la madre del ingeniero Jack Aitken. Sus muebles son de madera y su diseño data del siglo XVII. Destaca una pintura de San Luis de Bosa, que representa a la Orden Jesuítica. La Inmaculada Concepción está presente en todas las habitaciones.
Sala 3
El Nido
La marquesa de Cayara, Dominga Palomo, al verse sola en la hacienda decidió habitar en esta parte de la casa, por eso llamaba a su habitación “El nido”. Allí hay piezas y pinturas de los siglos XVI y XVII representando escenas de la Pasión de Cristo. Entre otras, hay una pieza de la metalurgia del siglo XVI.
Sala 4
El cuarto de la marquesa
Allí destaca la pintura de la última marquesa de Cayara, Dominga Paloma, pintada en 1900. Su cama tiene diseño portugués del siglo XVII y aplicaciones de bronce.
También hay un escritorio y algunos frascos con medicina en base a plantas, y pinturas de la escuela francesa de finales del siglo XXVII.
Sala 5
Biblioteca antigua de Cayara
Compendio de libros con ediciones únicas desde el siglo XVI y piezas de grandes autores como Pedro Calderón de la Barca y Alfonso La Martin.
Asimismo tiene una colección de autores como Lord Byron o Voltaire, libros de historia, ciencias, arte y construcción; los más antiguos son religiosos.
Sala 6
Cuarto del Mariscal
Esta habitación es históricamente importante porque fue la que usó el Mariscal Antonio José de Sucre en días previos a la fundación de la República de Bolivia.
Allí se exponen zapatos enchapados, vestidos con bordes y puntas de plata y oro, además de piezas valiosas del arte precolombino reflejado en tejidos.
Sala 7
Biblioteca nueva
Colección de varios cronistas del periodo colonial que cuentan la historia de Potosí, obras de la literatura inglesa, documentos coloniales y de principios de la república.
Otra colección trata sobre toda la historia del hombre. Además, cuenta con una compilación de documentos y revistas de entre el siglo XIX y principios del siglo XX.
Sala 8
Salón de armas
Esta sala está dedicada a la memoria del ingeniero Jack Aitken Soux y contiene una colección completa de piezas de la historia militar de Bolivia.
Hay una montura de plata con el escudo de Bolivia del siglo XIX, usada por el general Manuel Isidoro Belzu, y otra armadura de la conquista que usó el fundador de la hacienda Cayara, Juan de Pendones.
La Capilla
Es el lugar más antiguo de la hacienda, conserva un altar con láminas de oro. En su parte inferior se puede ver una isla bicéfala de la casa de Austria con el Corazón de Jesús y la inscripción del Ave María.
En la cripta ubicada debajo de todo el largo de la iglesia, hay un cementerio colonial. En la parte delantera está la tumba de la última marquesa de Cayara y toda su parentela.
La aventura de los circuitos turísticos
ITata, el pueblo de los brujos
Está a 10 kilómetros de la hacienda Cayara, en el lugar de los “yatiris” conocido como el “Pueblo de los brujos”. En un entorno único, rodeado de piedras con figuras geométricas incomprensibles; el camino es de tierra y se ven piedras brillantes, efecto del cuarzo en el tufo volcánico.
“Se cree que por el efecto del cuarzo se concentra una gran cantidad de energía, que de acuerdo con las religiones orientales se habría cambiado del Tibet a la cordillera de los Andes”, explica a ECOS Susan Aitken, una de las propietarias de la hacienda.
La Laguna
Se encuentra a 12 kilómetros de la hacienda y está rodeada de acantilados, donde se puede apreciar la fauna del lugar: águilas, zorros, vizcachas, liebres y puercoespines. Muchas veces, los turistas pescan truchas en la laguna.
El paisaje está poblado de queñuas, tolas, yaretas, entre otras especies de árboles y arbustos.
Ciudad de Piedra
Está a seis kilómetros de la hacienda Cayara, en un “pueblito” escondido entre piedras naturales gigantes, razón por la cual se denominó “Ciudad de Piedra”. Cuenta con corredores y pasadizos de arena blanca.
Este lugar, así como la laguna, es ideal para el trekking, el mountain bike, el kayak, paseos a caballo, el paisajismo, la observación astronómica, vigilias ufológicas y el avistamiento de meteoritos.
Las siete cuevas
A 2 kilómetros de la hacienda, es ideal para pasear por un acueducto de piedra construido a fines de 1800, atravesando siete cuevas, entre ellas un mirador que ofrece una vista privilegiada de los acantilados y nidos de águilas. Estos paisajes evocan las épicas películas de Indiana Jones.
Se puede hacer descenso por las escalinatas del tubo de la hidroeléctrica, apreciando la cascada.
Ojo del Inca
A 15 kilómetros de la hacienda, permite disfrutar de los baños termales que alguna vez solo fueron utilizados por el Inca supremo.
“Se recomienda llegar temprano, para apreciar la elevación de los vapores de la mañana”, aconseja Aitken.