Los escritores potosinos buscan mostrarse

Desde Bartholomé Arsanz de Orsúa y Vela hasta Ricardo Jaimes Freyre, Potosí ocupó un lugar destacado no solo en la literatura nacional sino mundial. Hoy en día, la Villa Imperial no tiene un solo referente en las...

Los escritores potosinos buscan mostrarse Los escritores potosinos buscan mostrarse

Juan José Toro Montoya
Ecos / 27/11/2016 04:28

Desde Bartholomé Arsanz de Orsúa y Vela hasta Ricardo Jaimes Freyre, Potosí ocupó un lugar destacado no solo en la literatura nacional sino mundial. Hoy en día, la Villa Imperial no tiene un solo referente en las letras debido a que sus cultores no pueden llegar a las librerías.

Ese hecho se puso de manifiesto esta semana en la primera Feria del Autor del Libro y Comic, realizada en el salón esquinero del Pabellón de los Oficiales Reales que, por lo menos en su jornada inaugural, parecía grande para la cantidad de expositores que se presentaron.

Y es que, como publicar es difícil, cada vez son más los potenciales escritores que se desalientan y prefieren dedicarse a otra cosa.

Sin editoriales

El primer detalle a tomar en cuenta es que en Potosí no existen editoriales. El vicepresidente de la Asociación Potosina de Autores (APA), Hugo Orlando Revollo, dice que en esta ciudad solo existen imprentas que cobran por su trabajo sumas mayores a las que piden las de La Paz o Cochabamba.

No son editoriales porque no cuentan con editores que reciban trabajos y recomienden su publicación, no corrigen los textos que les llegan y, si llegan a publicar —a cambio de un pago, claro está—, lo hacen con todos los errores que puedan tener los originales. Para colmo, ninguna imprenta potosina está afiliada a la Cámara Boliviana del Libro, así que sus publicaciones no se exhiben en ninguna de las ferias que se realizan en el país y es complicado venderlas.

Así, las imprentas se asemejan a panaderías a las que se les paga porque pongan el pan, ya preparado, en el horno para su cocción. Una vez cocido, se recoge el pan y hay que ver cómo se vende.

Con quejas

El fenómeno de las imprentas/panaderías es el mismo en las ciudades que no están en el eje central. Milena Montaño Cavero es una escritora orureña que lamenta que las instancias gubernamentales que tienen recursos para pagar la publicación de libros, no lo hagan.

La queja va dirigida también a los cada vez más numerosos concursos de literatura que existen en el país. Como no hay límite para la participación de ganadores de versiones anteriores, no son pocos los que acaparan los premios.

Un caso paradigmático es el de Gonzalo Lema que, por eso mismo, es el escritor que más premios ha ganado en Bolivia. Debido a su indudable calidad, Lema gana todos los premios en los que participa. Si los convocantes incluyeran un artículo que prohíba la participación de quienes ya ganaron, entonces se promocionaría más a los nuevos valores.

Los resultados

Los costos de la publicación, las escasas oportunidades en los premios de literatura y el nulo apoyo de las autoridades han relegado a la literatura potosina al nivel más bajo de toda su historia.

Actualmente todos los departamentos de Bolivia tienen por lo menos un representante notable en las letras, pero Potosí es la excepción.

De Oruro, por ejemplo, se puede nombrar a Edwin Guzmán, Adolfo Cáceres Romero y Luis Urquieta Molleda mientras que en Tarija están Marcelo Arduz Ruiz y Edmundo Torrejón. El departamento menos poblado y más pequeño del país, Pando, perdió hace cuatro años a Ramón Campos Tibi, pero tiene a Elsy Alpire Vaca.

Con menos de medio millón de habitantes, Beni tiene un trío de ases: Homero Carvalho Oliva, Pedro Shimose Kawamura y Arnaldo Lijerón Casanova.

De los departamentos que no son del eje, el más notable es Chuquisaca con Matilde Casazola, Alex Aillón, Rosario Barahona, Amparo Silva, Gabriel Chávez, Julio Barriga, Máximo y Juan José Pacheco.

Del eje central son escritores de trascendencia internacional como Edmundo Paz Soldán (Cochabamba) y Giovanna Rivero (Santa Cruz).

Para el beniano Homero Carvalho, que Potosí no aparezca en el mapa de la literatura boliviana es una gran injusticia porque talento es lo que le sobra. “Potosí tiene una de las generaciones más interesantes de escritores”, dice luego de haber dictado talleres en prácticamente todo el país.

Las soluciones

¿Qué hacer para que los escritores potosinos se hagan conocer por lo menos en el panorama literario nacional?

Libert Arrueta es hijo del fallecido escritor, pintor y filósofo René Arrueta, que dejó varios libros sin publicar y admite que el principal obstáculo es el costo, pero menciona como una alternativa a las nuevas tecnologías. “Y hasta libros hechos a mano o artesanalmente podrían ser un factor para que conozcan nuestras ideas”.

El libro artesanal ha aparecido como una alternativa frente a la indolencia de las editoriales y la negligencia de las autoridades. Rocío Álvarez, que se ha especializado en la narración oral, dice que esa es una respuesta creativa de los artistas que, si de publicar se trata, recurren a la experiencia cartonera; es decir, los libros artesanales.

El presidente de la APA es Adrián Guerra, quien ya es todo un experto en ese tipo de libros. Con una computadora y programas como el “In design”, imprime libros que bien podrían pasar por auténticos y les hace las copias necesarias para su difusión.

Es una alternativa válida pero insuficiente ya que, si bien logran ser vendidos, estos libros no ganan los mercados ni ubican a Potosí en el mapa literario nacional. Por ello, los autores proponen la creación de fondos editoriales que permitan la publicación de libros en imprentas que sí participen en las ferias nacionales.

Entretanto, autores como Hugo Orlando Revollo, que cultiva la literatura de terror y ciencia ficción, hacen sus libros hasta manualmente, como aquellos monjes que copiaban los libros a mano, en los tiempos previos a la imprenta. Su labor fue anónima pero se convirtió, en su momento, en el pilar de la cultura universal. •

Las letras desde Potosí

Potosí estuvo presente en la producción y publicación de libros incluso desde la colonia, pese a que la imprenta ingresó tarde al territorio de la Real Audiencia de Charcas.

Su libro más conocido es la “Historia de la Villa Imperial de Potosí”, de Bartholomé Arsanz de Orsúa y Vela pero, contrariamente a lo que muchos creen, ese libro, que fue escrito en el periodo colonial, entre 1705 y 1736, no se publicó sino hasta 1965.

Arsanz lo escribió a partir de 1705 hasta su muerte y su hijo Diego le agregó los ocho capítulos finales pero se mantuvo como un manuscrito que desapareció y, luego de apariciones esporádicas, fue finalmente recuperado por la Universidad de Brown que encargó la primera edición de la obra a Gunnar Mendoza y Lewis Hanke.

En cambio, el libro que se escribió en Potosí y se publicó en 1640 en la Imprenta del Reyno, de Madrid, por la falta de esa máquina en Charcas, fue “El arte de los metales”, de Álvaro Alonso Barba, el manual de la metalurgia por excelencia. Su autor fue cura de la parroquia de San Bernardo de Potosí aunque nació en Lepe, Huelva, España.

Ya en tiempos de la República, una de las figuras literarias más importantes de Potosí fue Ricardo Jaimes Freyre pues integró, con Leopoldo Lugones y Rubén Darío, el trío más representativo del romanticismo americano.

También en Potosí, allá por 1918, surgió Gesta Bárbara, el movimiento artístico y cultural liderado por Carlos Medinaceli y Gamaliel Churata. El autor de “La Chaskañawi” nació en Sucre pero su vida, pasión y obra transcurrió en Potosí. Después de él, pocos potosinos tañeron las campanas de la literatura boliviana.

“Parteros de espíritu”

Daniel Flor Medinaceli

“Publicar es como dar a luz a un hijo. Con los dolores del parto, uno da a luz un libro. Somos parteros de espíritus”.

“Publicar, cuesta”

Andreyna Herrera

“Publicar, cuesta. Tenemos que ahorrar dinero para publicar. Cuesta más publicar que escribir”.

“Cobran muy caro”

Hugo Orlando Revollo

“Las imprentas, que es lo único que tenemos en Potosí, te cobran muy caro, como el doble o el triple de lo que te cobran en La Paz o Cochabamba”.

“No hay apoyo”

Milena Montaño

“No hay apoyo a la promoción, a la difusión, peor a la producción. Todos los autores tenemos que invertir para ver plasmado nuestro sueño en un libro”

“Se ha vuelto más fácil”

Libert Arrueta

“Cuando queremos publicar libros lo vemos difícil por el costo pero ahora, con la tecnología que existe, se ha vuelto más fácil”.

“Producción intelectual”

Rocío Álvarez

“Si se tiene que publicar desde los procesos que conocemos, sí es complicado porque no hay apoyo para la producción intelectual”.

“Libros artesanales”

Adrián Guerra

“Es una actividad que genera economía, a tal punto que estoy dedicando una buena parte de mi tiempo a la elaboración de libros artesanales”.

 

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