Viejo Calavera

La ópera prima de Kiro Russo, que ha ganado varios premios en festivales internacionales, se estrena el jueves en cuatro departamentos. El próximo año llegará a Sucre y Potosí.

Viejo  Calavera

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    Oscar Díaz Arnau ECOS
    Ecos / 04/12/2016 03:18

    El minero, la mina. La juventud, la falta de oportunidades y una consecuencia, el alcoholismo, la oscuridad, la desorientación… El director paceño Kiro Russo muestra en su primer largometraje, “Viejo Calavera”, una realidad que nadie había expuesto hasta ahora en el cine, a no ser en documentales y con la mirada estereotipada del foráneo. Rescata del anonimato la historia de los jóvenes que se han quedado fuera de la mina de Huanuni y que, sin muchas opciones, se pierden en el vicio. Lo boliviano del alcohol, lo global del abismo que separa a dos generaciones consecutivas; un abismo tan grande como las profundidades de un socavón.

    “Puede ser en un punto incómodo porque hay cosas que como sociedad no queremos ver en nosotros mismos: el alcohol, un tema nacional muy importante que se ha tocado muchísimo en la literatura, pero no tanto en el cine”, dice Kiro Russo, de 32 años, a ECOS.

    Él cuenta que su película muestra “una separación generacional entre los jóvenes que se quieren ir de Huanuni y no quieren ser mineros, pero tampoco tienen mucho futuro, y los mineros que están dentro de la mina y no tienen mucha conexión con los jóvenes e incluso les tienen algún tipo de rechazo. Para mí era importante contar esto y, a través de esta historia, también la de un joven que hace un reemplazo en la mina y así se encuentra con su padre y consigo mismo”.

    Viejo Calavera ganó hasta ahora seis premios en festivales internacionales de cine y se apresta a participar en varios más, entre ellos el de La Habana. Paolo Agazzi ha dicho de ella: “Era el año 1966 cuando se estrenó ‘Ukamau’ (opera prima de Jorge Sanjinés), una de las películas fundamentales del cine boliviano. Ukamau rompía con muchos (o quizás todos)  los esquemas narrativos, éticos y estéticos, del cine boliviano y latinoamericanos hasta ese momento: de allí en adelante el cine nacional tomaría nuevos rumbos, cosecharía varios e importantes premios internacionales y se haría conocer en todo el mundo.

    Exactamente 50 años después, el colectivo Socavoncine nos presenta ‘Viejo Calavera’, ópera prima de Kiro Russo (…) Viejo Calavera es algo así como la Ukamau del siglo XXI, una película osada y muy valiente, que también rompe muchos esquemas narrativos, sea en la forma que en su contenido. Una gratísima sorpresa  que confirma que el futuro del cine boliviano está en muy buenas manos. ¡En buena hora!”.

    Socavoncine es, según su propia presentación en Internet, “un colectivo boliviano con búsquedas y formas particulares, pero con una preocupación en común: Contemplar nuestros contextos, nuestros lugares, la gente, sus historias. En el cine y en la vida”. En www.socavoncine.com, además del Director de Viejo Calavera, aparecen otros cineastas bolivianos con gran proyección: Pablo Paniagua, Gilmar Gonzales, Miguel Hilari y Carlos Piñero.

    ¿Por qué Huanuni?

    “Mi abuela pasó toda su infancia en Huanuni, pero esta no ha sido la razón por la que filmamos ahí; terminamos en Huanuni por una casualidad de la vida. Yo estaba buscando filmar en 2010 en alguna mina, me interesaba hacer un corto que explore la oscuridad y la luz, había una búsqueda formal muy fuerte en ese sentido y, para mí, era lógico filmar en una mina porque es el lugar más oscuro del mundo, con una oscuridad profunda. Así comprendí que era necesario filmar una película sobre el mundo minero”, cuenta Kiro Russo.

    Desde el primer momento le pareció “impresionante que hasta ahora no hubiera ni una sola ficción boliviana acerca del tema”. Recuerda que “existen documentales hechos en Bolivia, sobre todo en Potosí, en el Cerro Rico, pero estos son casi el 100 por ciento hechos por extranjeros. Sabía que había que hacer una película de ficción con mineros, pero que rompa con el estereotipo del minero. Una película que pudiera acercarse al minero de una manera mucho más humana; mostrar su idiosincracia”.

    Una búsqueda

    Enfocado en una búsqueda formal del séptimo arte, este joven producto de la Carrera de Dirección de Cine de la Universidad de Cine de Buenos Aires se encuentra sumido en un proceso experimental que tiene como eje al lenguaje y como particularidad a los actores “naturales”, es decir, no profesionales.

    “Al principio ha sido muy difícil porque no había dónde estudiar cine en Bolivia. Estudié dos años Sociología, estuve un tiempo en La Fábrica, la escuela de cine de Cochabamba, pero no me sentí satisfecho, sentí que me faltaba algo más. Entonces, logré una beca en la Universidad de Cine de Buenos Aires, donde trabajaba en posproducción de sonido mientras estudiaba.

    Esa fue una gran oportunidad para mí. Me abrió la mente, sobre todo para entender lo que es el lenguaje en el cine. Para mí, eso es lo más importante del cine, como forma de expresión y, sobre todo, como el arte más importante que hay en el mundo”, comenta a ECOS.

    Viejo Calavera tiene actores naturales de Huanuni. Julio César Ticona es el principal; actúa de sí mismo pero encarna a Elder Mamani en la ficción. “La película está inspirada en Julio César, él para mí representa todo este grupo de jóvenes, hijos de mineros, que no tienen un futuro y están tratando de encontrar qué hacer con sus vidas”, relata Kiro Russo, que se muestra preocupado con esta realidad. Dice que el actor más importante de su película trabaja de albañil, “pero cuando puede, cuando le cae una posibilidad”. En la vida real, como en el filme boliviano, no tiene celular.

    El Director borró la línea del director de cine profesional y se involucró con la gente en forma particular. Tanto así que confiesa: “he vivido largas temporadas ahí, he hecho amigos entrañables con (los que tengo) una relación cercana. Para mí es muy triste... lastimosamente desde que yo he ido ahí hasta hoy, ya han fallecido seis personas que he conocido, inclusive algunos han participado en la película. Entonces, eso refleja lo que es la vida de los mineros: una vida muy fugaz, en donde la muerte siempre está presente”.

    Un cine formalista

    Viejo Calavera tiene seis años de preparación y de ardua investigación. Forma parte de la búsqueda actual de Kiro Russo, que pasa por un cine alejado del paradigma hollywoodense y más bien cercano a una intención más formal.

    “El cine que hacemos con el grupo Socavoncine y el cine que yo dirijo no es convencional, no estamos apelando a copiar las fórmulas de Hollywood. Nos interesa hacer otro tipo de cine. La forma es lo más importante para mí, no el contenido. Yo hago un cine muy formalista, que intenta buscar nuevas formas narrativas del lenguaje cinematográfico”, aclara el Director paceño.

    De ahí su siguiente concepción: “A mí no me interesa el cine que simplemente te borra la mente y te deja sentado dos horas ahí. A mí me interesa que el cine pueda hacer pensar, tanto sobre el país como sobre tu propia vida”.

    Y algunas otras no exentas de polémica, como la que le hace prescindir, al menos por ahora y según adelanta a ECOS, también en su próxima película, de los actores profesionales: “Yo, la verdad, no confío ni me gustan mucho los actores nacionales. Pienso que la formación de todos los actores nacionales es una formación teatral, no de cine. Entonces, es por eso que lastimosamente la mayoría de las producciones nacionales tienen una mala actuación, porque los actores son buenos pero son actores para teatro, no para cine.

    De todas maneras no es por esta razón que yo no utilizo actores profesionales, sino porque en mi búsqueda personal quiero usar gente ‘real’”, aclara después.

    Dice que, aunque está feliz por la trascendencia de su largometraje, lo más importante es que los bolivianos lo vean y critiquen. “Al final de cuentas la película es boliviana y ha sido hecha para Bolivia”.

    Anuncia que luego del estreno en La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Tarija, en 2017 hará girar a su Viejo Calavera por el resto del país, incluyendo a Sucre, Potosí y Oruro. •

    “Se la pasan tomando, así es en Huanuni”

    Narciso Choquecallata, minero, actor natural

    Narciso Choquecallata, minero, actor natural, sí tiene celular. Con él conversamos para conocer sus impresiones acerca de la película en la que representa al padrino de Elder Mamani, el joven desorientado. Lo contactamos antes de que viajara de Huanuni a La Paz para asistir a la función especial de “Viejo Calavera” para la prensa.

    Tiene 48 años y se presenta así: “Yo soy trabajador de la empresa minera de Huanuni, tengo el cargo de palero.

    Yo he hecho un casting aquí en Huanuni, a fines de septiembre del año pasado. En el arte, toco en un grupo folclórico, antes no había actuado nunca”.

    ¿Si alguna vez había soñado con aparecer en una película de cine? “Sí, sí, eso sí”.

    Sobre su personaje en el filme de Kiro Russo, comenta: “Yo me hago responsable de Elder, o sea, mi compadre muere y yo me hago responsable del chico, que trabaja conmigo en interior mina pero se la pasa tomando, por ahí perdido, como en la vida real. Así es la vida de un trabajador aquí en la mina, así es vivir”.

    ¿Así viven los jóvenes en Huanuni? “Sí, realmente aquí en la mina es así la vida. Cuando el papá gana, aquí los chicos a veces no aprovechan y se dedican a la droga, al alcoholismo… son pocos los hijos que salen profesionales, la mayoría desperdicia el dinero de sus padres, no valoran el trabajo, por lo menos el 80 %”.

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