El país europeo al que le encanta estar triste
En Portugal nadie te dice que tengas un buen día. A nadie le importa si tienes un buen día porque lo más probable es nadie lo tenga. Si le preguntas a un portugués qué tal está, la respuesta más entusiasta que...
En Portugal nadie te dice que tengas un buen día. A nadie le importa si tienes un buen día porque lo más probable es nadie lo tenga.
Si le preguntas a un portugués qué tal está, la respuesta más entusiasta que puedes esperar es mais ou menos (más o menos).
Es difícil no darse cuenta de la la cultura melancólica de Portugal. La ves impregnada en las expresiones de la gente e incluso en las estatuas de las plazas de poetas taciturnos de Lisboa.
Portugal es un país triste y ocupa el puesto 93 de la lista de 157 países (justo detrás de Líbano) según el último Informe Mundial de la Felicidad de Naciones Unidas.
Pero no sientan pena por los portugueses. Ellos están contentos con su descontento y, de una forma extraña pero inspiradora, lo disfrutan de verdad. Es fácil asumir que los portugueses son masoquistas, pero cuando uno pasa tiempo en ese país enseguida se da cuenta de que tienen mucho que enseñarnos sobre la belleza escondida e incluso el placer de la tristeza. “Hay mucha belleza en la tristeza”, me explicó Mariana Miranda, una psicóloga clínica.