El ingenio chino y sus puentes colgantes
Pese a estar en pleno siglo XXI y con una tecnología de punta, no deja de sorprender el genio humano que siglos atrás fue capaz de construir edificaciones maravillosas con la ayuda de precarias herramientas, que hasta...
Pese a estar en pleno siglo XXI y con una tecnología de punta, no deja de sorprender el genio humano que siglos atrás fue capaz de construir edificaciones maravillosas con la ayuda de precarias herramientas, que hasta ahora se conservan pese al transcurso del tiempo.
Una prueba de ello son los magníficos templos colgantes de China, llenos de historia, donde se vive y se respira budismo, desafiando las leyes de la gravedad para fusionarse con el entorno natural.
Entre las principales características de estas edificaciones religiosas es que se son milenarias, se construyeron durante diferentes dinastías chinas, a decenas o cientos de metros del piso, están incrustadas en montañas, en acantilados o suspendidos en pleno precipicio.
A miles de años de haber sido construidas, continuan despertando admiración entre sus ocasionales visitantes.
Monasterio de Hengshan (Shanxi)
Se sitúa en el distrito de Hunyuan, a 64 kilómetros de Datong, una de las antiguas capitales imperiales de China, al norte de la provincia de Shanxi. Su construcción se inició en las postrimerías de la dinastía Wei del Norte, hace 1.500 años. Posteriormente se realizaron varias reparaciones. El monasterio está suspendido en la pared vertical de una montaña, a unos 50 metros de altura y es el único templo de China conservado hasta la fecha, en el que se rinde culto de forma unificada al Budismo, el Taoísmo y el Confucianismo.
Templo de Cangyanshan (Hebei)
El pabellón Qiaolou es uno de los tres templos colgantes más grandes de China. Tiene un puente de piedra construido en la dinastía Sui, que es de 15 metros de largo y ocho metros de ancho. Lo más llamativo es que en el camino que se dirige a la parte superior del templo, los visitantes pueden experimentar un fenómeno curioso: el color de su piel cambia del amarrillo al verde.
Templo de Zhaoyang (Henan)
El templo limita con la montaña de Zhaoyang por el norte. Allí pasó el invierno el rey Zhou de la dinastía Yin. Detrás de la montaña se encuentra el famoso templo Qingliang, rodeado por árboles frondosos. Tiene un aire muy fresco y confortable.
Templo de Beichan (Qinghai)
Fue construido en la dinastía Wei del Norte y se localiza en la montaña Beishan en la ciudad Xining, provincia Qinghai. Presenta la topografía Danxia y cuenta con varias cuevas grandes y pequeñas. En esas cuevas se colocan estatuas de Buda. El templo es conocido como el “segundo templo colgante de China”. Se sitúa en la línea sur de la Ruta de la Seda, en la que se hallan las cuevas de muchos monjes conocidos.
Grutas de Yulin (Gansu)
Se sitúan a unos 55 kilómetros del pueblo de Yulin, en el lugar de las ruinas de la ciudad de Luowu del reino Xia del Oeste. Fue un emplazamiento militar en la dinastía Xia del Oeste y la dinastía Song del Norte, y posteriormente se construyeron grutas y templo en el lugar. Actualmente, existen 11 grutas bien conservadas, entre las cuales, la gruta de Wanfo (‘de los 10 mil Budas’) es la mayor.
Templo de Daciyan (Zhejiang)
Es conocido también como ‘el templo colgante al sur del Yangtsé’, y es famoso por los arroyos en el valle circundante y por contener el primer Buda natural en pie de China. Sus pabellones, caminos, pasillos y otros detalles están todos colgando en el aire. En cuanto al pabellón principal, la mitad está encajado en la roca y la otra mitad, suspendida en el vacío.
Pabellón de Sanqingge (Yunnan)
Se sitúa en la montaña de Luohan. La palabra ‘luohan’ en chino se refiere a un grupo de budas masculinos. La montaña tiene forma redondeada, como si fuera la barriga de uno de estos budas, razón por la cual se le dio dicho nombre a la montaña. La construcción de Sanqingge cuenta con 11 pabellones distribuidos en nueve pisos y está levantada sobre los precipicios de la montaña Luohan, presentando un paisaje increíble. •