Nube de langostas

En Arabia Saudí, las langostas son consideradas un manjar. Allí, a la parrilla, se cotizan a precios que superan los 100 dólares. A los saudíes no solo no les cuesta mucho esfuerzo pagar altas sumas de dinero por...

Nube de langostas Nube de langostas

Oscar Díaz Arnau ECOS
Ecos / 26/02/2017 01:06

En Arabia Saudí, las langostas son consideradas un manjar. Allí, a la parrilla, se cotizan a precios que superan los 100 dólares. A los saudíes no solo no les cuesta mucho esfuerzo pagar altas sumas de dinero por unos platos de estos crocantes insectos, sino que les gusta salir a cazarlos. Esto es, para ellos, un ameno rato de esparcimiento.

Sabemos que de unas culturas a otras hay, muchas veces, grandes diferencias. Hoy en Bolivia, por ejemplo, imaginarse comiendo una langosta precisamente cuando ésta se aglutina formando mangas, es decir, nubes depredadoras que arrasan con plantaciones enteras, resulta poco menos que una aberración.

La plaga en Bolivia

ECOS accedió a un informe técnico y detallado sobre la plaga de langostas que afecta al país. Paralelamente, se contactó con el biólogo Ariel Céspedes, vicepresidente de Asuntos Académicos de la Sociedad Boliviana de Entomología, institución autora de ese estudio, para conocer acerca de los avances científicos en esta materia.

En dicho informe los entomólogos —profesionales que se dedican al estudio de los insectos— hacen varias precisiones. Una de ellas: la especie Schistocerca cancellata, que ha venido causando graves problemas en el sector agrícola hacia el sudeste del país, no es la misma que hasta mitad de semana se encontraba en territorio chuquisaqueño. Este dato fue corroborado por Céspedes.

Hasta el miércoles, día de cierre de esta edición de ECOS, las temidas langostas no habían ingresado a Chuquisaca. “Las dañinas están presentes en Cabezas y Boyuibe, del departamento de Santa Cruz, colindantes con Macharetí y una parte de Huacaya (ambos de Chuquisaca). A la fecha no tenemos presencia. Sin embargo, estamos a unos 10 a 15 kilómetros de la frontera con Santa Cruz”, declaró el coordinador de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Seguridad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), ingeniero Juan Callahuara.

Al referirse a “las dañinas”, alude a la mencionada especie que, en sus palabras, viene atacando a sembradías de maíz y sorgo, además de la pastura del monte.

Por otro lado, según la explicación ofrecida a esta revista por Céspedes, en Chuquisaca se constató que hay langostas del tipo Tropidacris sp. Scudder. Pero, con esta clase de saltamontes, hasta el miércoles, no se podía hablar de plaga.

Una tercera especie ha sido detectada en Cochabamba, la Chromacris sp., perteneciente a la familia Romaleidae, dentro el orden Orthoptera. Céspedes dice que esta también se caracteriza por ser gregaria, por lo que merece hacer seguimiento a su marcha.

De solitarias a gregarias

De acuerdo con el informe de la mencionada Sociedad, las especies a las que denominamos “langostas” son naturalmente especies “solitarias” de saltamontes que no forman esas nubes de miles de individuos pero, en determinadas circunstancias, estas especies solitarias se transforman de solitarias a “gregarias”, es decir de vivir solas cambian a un modo de vida formando enjambres.

“Este cambio se da en el transcurso de poquísimas generaciones (aproximadamente dos o tres) y es entonces que se denominan langostas. El cambio dentro de una misma especie se ha llamado ‘polifenismo de fase denso-dependiente’ o también ‘plasticidad fenotípica denso-dependiente’”, agrega el estudio.

Además, las áreas de alimentación son mas húmedas mientras que las de ovoposición, mas secas. Las áreas de vegetación continua no son ideales para las langostas. “La creciente deforestación estaría también aumentando un mosaico de áreas secas y áreas con vegetación propicia para el desarrollo de las poblaciones de langostas”, enfatiza.

Alerta tardía y afectación

En criterio de la sociedad que agrupa a los entomólogos, hubo una alerta tardía de la plaga de langostas que afecta actualmente al país.

“Argentina, a pesar de tener una experiencia larga y efectiva de monitoreo y control de langostas, hace un año atrás sufrió el peor ataque de langostas en varias décadas en el norte de ese país. El norte de Argentina es el límite del sur de Bolivia. Por ello la alerta debió encenderse un año atrás en las instituciones publicas, privadas, la academia y otros pertinentes para prevenir que lo que sucedió en el norte de Argentina pueda ocurrir al sur del Bolivia”, señala el documento, para luego recomendar “coordinación futura de las entidades y personas de todos los ámbitos”.

Por información periodística conocida esta semana, se conoce que después de 35 días de haberse reportado el primer brote y ataque de langostas en Yateirenda, comunidad de Cabezas, el SENASAG, con fumigación aérea y terrestre, logró reducir un 70 por ciento de la población de langostas adultas en ese municipio cruceño.

La Sociedad de Entomólogos lamenta que, ante la evidencia del avance de la plaga, no hay manera de aplicar un plan de prevención.

“Lastimosamente en el estado actual del problema no tenemos opciones en este instante y debemos asumir el alto precio, no solo económico, sino ambiental e incluso social de las intervenciones mediante grandes fumigaciones con insecticidas de amplio espectro, pues no solo los productores están siendo afectados, sino seguramente los apicultores tendrán problemas con sus abejas, por no decir todos los impactos al medio ambiente, incluyendo muchos otros polinizadores peces y aves”, puntualiza.

No deja de cuestionar, además, que “curiosamente no hemos visto alguna intervención del Ministerio de Medio Ambiente en todo este proceso, y creemos que este ministerio debería ser parte activa de estas actividades. Las langostas no discriminan su comida de cultivos o plantas nativas en los chacos o en las áreas protegidas”.

Para investigar

La Sociedad de Entomología plantea investigar “hasta qué punto el aumento de temperatura asociado a cambios de precipitaciones junto a la cobertura del suelo determina lugares en Bolivia para el desarrollo de las formas gregarias”.

En criterio de los estudiosos de los insectos en el país, “debemos desarrollar nuestros propios modelos bioclimáticos para predecir los lugares que potencialmente darían origen a nuevos brotes”. •

La polinización, en riesgo

El cóctel de insecticidas con el que se está combatiendo la plaga de langostas en Bolivia pone en riesgo la polinización. Esto se puede inferir del estudio de la Sociedad Boliviana de Entomología, emitido en los últimos días y al que accedió la revista ECOS.

Además de señalar que “…seguramente los apicultores tendrán problemas con sus abejas, por no decir todos los impactos al medio ambiente, incluyendo muchos otros polinizadores peces y aves”, los profesionales indican que…

En el apartado: “Acciones que los gobiernos autónomos municipales y el gobierno central en el país están teniendo contra las langostas”, dicen concretamente: “Ahora en Bolivia contra estas langostas se está usando un cóctel de insecticidas, como: el friponil, cipermetrina y lambdacialotrina. Estos últimos son piretroides de amplio espectro, es decir que no son específicos para langostas, sino que afectan a otros tipos de insectos e invertebrados terrestres y acuáticos, así como a varias clases de peces e incluso algunos tipos de aves”.

Luego, “los piretroides pueden prevalecer hasta cinco meses sobre la superficie expuesta. Las abejas (nativas e introducidas) son particularmente sensibles al friponil, tanto que el reciente problema mundial de colapso de colonias de abejas se ha asociado, entre otras cosas, al uso de este insecticida. Esto es un asunto muy delicado considerando que hoy en día se habla de una crisis de la polinización por la disminución de los polinizadores nativos y manejados. El friponil por ello, ha recibido severas restricciones en la Unión Europea”.

Pese a esto, subraya que “lastimosamente al punto que ha llegado el actual brote de langostas, los químicos son una alternativa extrema ante una superpoblación y una infestación migratoria”.

La polinización es vital para la producción de alimentos. La gran mayoría de las especies de plantas solo se reproducen por semillas si los animales polinizadores transportan previamente el polen de las anteras a los estigmas de sus flores.

En pasados días, la Asociación Departamental de Apicultores de Santa Cruz denunció que la fumigación para combatir la plaga de langostas pone en riesgo otras especies de insectos e invertebrados. Según una información publicada en Página Siete, se estima que unas 500 colmenas de abejas pueden ser afectadas en el municipio de Cabezas.

Invasiones en la historia

Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y columnista de CORREO DEL SUR, menciona en uno de sus últimos artículos que se constataron invasiones de langostas entre 1881-1885 y 1913-1918 en Sudamérica, incluso en Bolivia.

Hace fugaz referencia a una de “Las 10 plagas” (concretamente a la octava, de langostas, Éxodo 10:1-20), una de las calamidades sobrenaturales que, según el Antiguo Testamento y la Torá, Dios infligió a los egipcios para que el soberano dejara partir a los hebreos de Egipto.

Pero, sin ir tan lejos en el tiempo, dice, en tono de advertencia y no exento de ironía: “Otros niegan que las langostas pudieran venir de Argentina ‘porque la frontera está a 400 km’, ignorantes que hasta enero pasado unas 700.000 hectáreas de cultivos sufren la peor invasión de langostas de los últimos 60 años”.

 

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